Ah, la Navidad... esa época llena de ilusión y magia... y regalos, comilonas y gastos. El consumismo exacerbado de esta época es malo para nuestro bolsillo, pero también para el planeta. Sin embargo, este año podemos celebrar una Navidad más sostenible siendo conscientes de nuestro consumo y realizando pequeños gestos para cambiar de hábitos sin apenas darnos cuenta.
Además, al mismo tiempo podremos ahorrar dinero. ¿Te gustaría saber cómo? ¡Pues sigue leyendo!
Consejos para celebrar una Navidad sostenible
Cada vez estamos más concienciados con la protección del medioambiente. Pero las buenas intenciones no son suficientes, también hay que actuar. Aunque hay muchas cosas que podemos hacer para ahorrar dinero y contaminar menos, vamos a ver algunas acciones que podemos poner en práctica especialmente en Navidad.
1. No compres por comprar
A todos nos gusta hacer y recibir regalos, pero a veces menos es más. No se trata de comprar a lo loco. Una vez que hemos pasado la etapa de la sorpresa y la ilusión, lo mejor es preguntar antes de comprar.
Además, es recomendable tener preparada la carta de los Reyes Magos o de Papá Noel para que no nos regalen cosas que no vamos a utilizar y que van a quedar olvidadas en el fondo de un cajón u ocupando un espacio que no tenemos.
Y si podemos incluir cosas de las tiendas de nuestro barrio y que no vengan de muy lejos, mucho mejor. Así estaremos contribuyendo a la economía circular local y reduciremos la huella de carbono.
2. Prepara los menús y guarda las sobras
Una de las tradiciones de la Navidad es preparar comida a espuertas. Generalmente, no necesitamos cocinar para un batallón, así que conviene preparar los menús con antelación y comprar solo los ingredientes necesarios. Puede ser complicado, pero con un poquito de planificación evitaremos el derroche y el desperdicio de alimentos.
Y si sobra comida, nada de tirarla: se mete en tápers y a la nevera. ¡Algunos platos saben incluso mejor al día siguiente!
3. Haz tus regalos y la decoración navideña a mano
Cada vez que compramos algo, ya sea en una tienda física o en un comercio online, estamos provocando un impacto directo en el medioambiente. La producción, los traslados, el almacenamiento, el embalaje... Todo contamina. Por eso es importante hacer un ejercicio de reflexión antes de comprar algo a lo loco.
Además, nadie ha dicho que tengamos que gastar dinero para hacer los mejores regalos. No hay nada que demuestre mejor nuestro amor y cariño que un regalo hecho a mano, ya que requiere tiempo, creatividad y esfuerzo. Por otro lado, podemos envolverlos con papel reciclado, con bolsas de papel reutilizadas e incluso con telas bonitas que podemos usar después.
Y lo mismo se puede aplicar a la decoración. Si hay niños pequeños en casa, es una excelente manera de pasar tiempo de calidad juntos.
4. No te pases con la iluminación
No es Navidad sin lucecitas de colores. Sin embargo, con el precio de la factura de la luz disparado, este año es ideal para ser conscientes de nuestro consumo. Si ponemos iluminación en casa, es importante optar por luces led y apagarlas cuando no las estemos utilizando. Y si tenemos la posibilidad de poner luces solares, mucho mejor.
5. Elige productos locales y de temporada
Los alimentos locales y de temporada suelen ser de mejor calidad y tener mejor sabor, porque no necesitan refrigerarse para su conservación. Y como no vienen de lejos, la huella de carbono asociada a estos productos es menor. Esto es fundamental a lo largo de todo el año, pero especialmente en Navidad, que es cuando consumimos más.
6. Di no a los plásticos
El plástico es uno de los principales enemigos de la naturaleza. Como consumidores, tenemos el deber moral de elegir productos que prescindan de envoltorios de plástico, comprar productos a granel y llevar nuestras propias bolsas al supermercado. También es importante apoyar a las empresas comprometidas con el medioambiente que invierten en embalajes reutilizables o reciclables.
Y un consejo adicional: ¿Quieres tirar confeti en Nochevieja? Recorta hojas de periódicos viejos. Y bárrelo todo después, claro.
Celebrar una Navidad más sostenible es posible si lo intentamos.
