Nos ha tocado vivir una época complicada. Tras casi dos años de pandemia, los precios no dejan de subir y subir. Por supuesto, la vivienda no se libra de este encarecimiento, siendo cada vez más complicado adquirir una primera casa. ¿Pero hasta cuándo durará la subida del precio de la vivienda? ¿Empezaremos a ver pronto la luz al final del túnel?
La subida del precio de la vivienda, una preocupante escalada
Allá por los albores de la pandemia del coronavirus, los expertos del sector inmobiliario vaticinaban una caída del precio de la vivienda. Sin embargo, lejos de bajar, los precios subieron. Y no ha sido lo único. Los combustibles, la luz, los productos básicos de la cesta de la compra, los coches... No parece el mejor panorama para comprar una casa.
Pero el problema va más allá. El precio de la vivienda encadena ya siete años consecutivos de subida de precio. Según el ciclo habitual del mercado, esta tendencia debería finalizar en el año 2023. No obstante, el precio de la vivienda nueva seguirá subiendo debido a la escasez de casas a la venta (sobre todo en Madrid y Barcelona), una demanda que sobrepasa la oferta, la falta de mano de obra cualificada y el incremento de los costes de construcción.
De hecho, durante los últimos meses de 2021 el precio de la vivienda nueva ha aumentado hasta un 3%. ¿Pero qué pasa con la vivienda de segunda mano? Aquí el ciclo ascendente parece que se está agotando, pero los fondos europeos (los llamados Fondos Next Generation EU) podrían cambiar las tornas, ya que se van a destinar a mejorar la calificación energética de las casas antiguas, lo que podrán aprovechar los propietarios para rehabilitar las viviendas para ponerlas después en alquiler.
El precio de la vivienda se cerró en 2021 con un precio aproximado de 2.551 euros el metro cuadrado. Esto no ha impedido que las ventas decaigan, sino más bien todo lo contrario. De enero a octubre las ventas de vivienda de obra nueva subieron un 39% interanual, mientras que las de vivienda de segunda mano aumentaron un 35%.
Visto como está el panorama, los jóvenes tendrán que seguir esperando para poder independizarse. Y es que los alquileres también son prohibitivos en casi todas las ciudades españolas.