La nueva ley de vivienda está dando mucho de qué hablar. Después de sucesivos retrasos, el informe del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) supuso un nuevo bache en la aprobación de la ley. Sin embargo, el pasado martes el Consejo de Ministros aprobó el texto y ya va camino del Congreso. Entre otras cosas, esta ley crea el concepto de vivienda asequible incentivada. ¿Pero para qué sirve esta figura y cuáles son sus requisitos?
Vivienda asequible incentivada: Concepto y requisitos
Una de las claves de la nueva ley de vivienda es la creación de la figura de la vivienda asequible incentivada. La vivienda asequible incentivada es aquella de titularidad privada a cuyo titular la Administración concede beneficios, ya sean de carácter urbanístico, fiscal o de otro tipo. A cambio, el propietario tiene que destinar estas casas a residencia habitual con régimen de alquiler a precios reducidos para personas con un nivel de ingresos limitado que no les permite acceder a una vivienda a precio de mercado.
En otras palabras, se trata de viviendas en alquiler (o cedidas a través de cualquier otro contrato de tenencia temporal) que se destinan a personas con un bajo nivel de ingresos. La Administración (que, en este caso, es la comunidad autónoma) "premia" este tipo de alquileres otorgando ciertos beneficios al propietario o arrendatario.
No obstante, es requisito imprescindible que esos beneficios públicos estén vinculados a las limitaciones de uso, temporales y de precios máximos. Las encargadas de poner estos límites son las comunidades autónomas, y de ahí ha surgido parte de la polémica que ha suscitado la nueva normativa.
Con la introducción de esta figura a través de la ley se pretende implicar a todos los agentes públicos y privados, así como al tercer sector (como las ONG) en la búsqueda de soluciones para los problemas de la limitada oferta de la vivienda. Además, también se quiere utilizar el parque de vivienda existente para resolver esta cuestión.