Una de las cosas más importantes que ha puesto de manifiesto la guerra entre Rusia y Ucrania es nuestra perjudicial dependencia del gas y del petróleo. Los científicos llevan mucho tiempo advirtiéndonos de que es esencial hacer un cambio radical en el sistema de consumo de la energía si no queremos cargarnos el planeta. Pero la transición requiere tiempo, esfuerzo y grandes inversiones. Mientras tanto, la Comisión Europea y la Agencia Internacional de Energía han publicado la guía Haciendo mi parte. Desde aquí nos dan algunos consejos para ahorrar energía y dinero al mismo tiempo que apoyamos a Ucrania y, de paso, ayudamos a "hacer la guerra" a Putin.
Los 9 consejos de "Haciendo mi parte"
La Comisión Europea y la Agencia Internacional de Energía han publicado la guía Haciendo mi parte, que recoge algunas medidas para ayudar a los ciudadanos europeos a ahorrar dinero, reducir la dependencia de la energía rusa, apoyar a Ucrania y darle un respiro al planeta. Se supone que, si seguimos los consejos, podremos ahorrar energía y dinero y, además, dejar de financiar a Rusia mediante la compra de petróleo y gas.
Según el texto de la guía, "los empresarios tienen un papel que desempeñar para fomentar el teletrabajo y los viajes en tren en lugar de los vuelos de corta distancia". Asimismo, "los gobiernos pueden desempeñar un papel brindando incentivos financieros al reducir las tarifas de trenes, autobuses y micromovilidad y al apoyar la instalación de paneles solares, la mejora del aislamiento de las viviendas y el cambio a otros combustibles para la calefacción".
Siguiendo todas las recomendaciones del plan, un hogar medio de la Unión Europea podría llegar a ahorrar unos 500 euros al año y también ahorrar energía en una cantidad considerable. ¿Pero cuáles son las medidas?
- Bajar la calefacción y utilizar menos el aire acondicionado.
- Ajustar la configuración de la caldera.
- Teletrabajar desde casa.
- Usar el coche de manera más económica.
- Reducir la velocidad de crucero en las autopistas unos 10 km/hora.
- Dejar el coche en casa los domingos en las grandes ciudades.
- Hacer desplazamientos cortos a pie o en bicicleta en lugar de conducir.
- Utilizar más el transporte público.
- Viajar en tren en lugar de avión.
Nada nuevo bajo el sol. Obviamente, los ciudadanos europeos no tienen la llave para acabar con esta guerra. Pero podemos "hacer nuestra parte" y contribuir en la medida de lo posible. Es poco, pero al menos es mejor que quedarse de brazos cruzados.