Lo que está ocurriendo en 2022 con el mercado inmobiliario es una locura. El precio de la vivienda se ha disparado hasta alcanzar cifras no vistas desde la burbuja de 2008 y, aun así, se venden a un ritmo vertiginoso. Las casas vuelan, se ofrecen señales en la primera visita y las ofertas apenas duran unos días. Y todo ello mientras las hipotecas empiezan a subir y a subir. Por lo tanto, saber elegir una hipoteca en 2022 es más importante que nunca.
¿Qué está pasando con las hipotecas?
El panorama del sector inmobiliario ya pintaba mal para los compradores, pero durante los últimos meses la cosa se ha acelerado vertiginosamente. La subida generalizada de los precios, la escasez de oferta y el aumento del euríbor han provocado una tormenta perfecta que ha desatado una especie de locura en el mercado de la vivienda. Y es que, aunque la cosa esté mal, está a punto de ponerse peor.
Desde 2016, el euríbor se había quedado en el terreno negativo, una circunstancia que favorecía mucho a los titulares de hipotecas variables. Pero los efectos de los cortes de la cadena de producción originados por la pandemia del coronavirus y la guerra de Rusia (entre otras cosas) han vuelto a cambiar las reglas de juego.
El euríbor (el índice de referencia de las hipotecas variables) marcó una media mensual del 0,282% en mayo, frente al 0,013% de abril. Esto significa que las hipotecas variables ya están empezando a subir considerablemente... y están lastrando las hipotecas a tipo fijo. Es más, la situación ha hecho que algunos bancos eliminen de su catálogo de servicios las hipotecas fijas para ofrecer (en apariencia) hipotecas variables más baratas.
Pero los problemas no acaban ahí. El Banco Central Europeo está preparado una subida de los tipos de interés para otoño con el fin de frenar la inflación disparada, lo que evidentemente va a repercutir en el precio de las hipotecas.
Qué hipoteca elegir en 2022
Una de las grandes preguntas que todas las familias se plantean antes de comprar una casa es: ¿debería coger una hipoteca variable o una hipoteca a tipo fijo? La respuesta nunca ha sido sencilla, pero ahora es especialmente complicada.
Los expertos financieros siempre recomiendan tener en cuenta todos los factores: la duración del préstamo hipotecario, la posibilidad de realizar amortizaciones (con o sin comisiones) o las previsiones de los tipos de interés. Y también el perfil de los titulares y los ahorros que pueden aportar de entrada.
El principal problema de las hipotecas variables es que son impredecibles. Al fin y al cabo, ¿quién hubiera dicho que en 2022 estaríamos sufriendo los efectos de una pandemia mundial y que se desataría una guerra en Europa? Todo esto tiene un impacto directo en la economía, tal y como estamos comprobando en nuestras propias carnes.
Por contra, las hipotecas a tipo fijo son más estables, pues sabemos lo que vamos a pagar durante todo el préstamo. Sin embargo, las condiciones de amortización suelen ser más duras y los intereses son más elevados que en las hipotecas a tipo variable.
Pero hay una tercera opción: la hipoteca mixta. Este tipo de hipoteca combina un primer periodo a tipo fijo y un segundo periodo a tipo variable, aunque las condiciones dependen de cada entidad.
Por lo tanto, ¿cuál de los tres tipos de hipotecas es mejor? Por desgracia, no hay una respuesta rápida para esa pregunta. Cada titular tendrá que valorar las ventajas y los inconvenientes que le ofrecen las diferentes entidades para tomar una decisión. Si es que la casa sigue a la venta cuando se decida.