Imagínate que un día, por un giro del destino, encuentras la casa de tus sueños y su precio entra dentro de tu presupuesto. Sin embargo, todavía estás pagando la hipoteca de tu actual vivienda. ¿Es posible cambiar de casa aunque tenga una hipoteca?
Cómo cambiar una casa con hipoteca por otra
Normalmente, solicitar una hipoteca para comprar una casa implica casarse con el banco durante un largo periodo de tiempo. Este proceso suele asustarnos por el compromiso, la responsabilidad y el gasto que supone. La cosa empeora si por casualidad se cruza en nuestro camino la vivienda perfecta cuando todavía nos quedan innumerables cuotas por pagar. ¿Y qué pasa si nos tenemos que mudar a otra ciudad o si necesitamos una casa más grande porque la familia ha crecido?
Tener una hipoteca implica una obligación, pero no una bola de hierro en el pie que nos impida movernos de esa vivienda hasta que hayamos terminado de pagarla. Al fin y al cabo, la mayoría de las hipotecas se firman a 25, 30 e incluso 40 años, un periodo de tiempo en el que pueden cambiar muchas cosas.
Por lo tanto, para todos estos casos existe una solución, aunque no va a ser sencilla ni barata. En concreto, para cambiar una casa con hipoteca por otra tenemos tres opciones.
1. Vender la vivienda antes de comprar otra
Es la opción más habitual y más segura, ya que tendremos en el bolsillo el dinero necesario para comprar la segunda casa. Ahora bien, corremos el riesgo de malvender la casa por las prisas por comprar la nueva. Y si no la vendemos a tiempo, perderemos la oportunidad.
Además, hay que tener en cuenta que en estos supuestos es necesario realizar una subrogación hipotecaria. Es decir, transmitir al comprador del inmueble la casa con su correspondiente hipoteca.
2. Pedir una segunda hipoteca
Si nuestra situación económica es buena, puede que el banco esté dispuesto a ofrecernos una segunda hipoteca. El problema es que esta opción es arriesgada, ya que vamos a tener que pagar dos cuotas mensuales a la vez. Es más, tampoco está al alcance de todo el mundo, puesto que generalmente las entidades no suelen estar dispuestas a financiar más del 80% del valor de venta o de tasación del inmueble a través del préstamo.
3. Solicitar una hipoteca puente
La tercera posibilidad está a medio camino entre las otras dos: una hipoteca puente. La hipoteca puente es un préstamo hipotecario que nos concede el banco para comprar otro inmueble. También implica el pago de las dos hipotecas, pero la diferencia es que la entidad nos da facilidades de pago permitiéndonos unificar ambos préstamos, de forma que pagaremos intereses y cuotas menores que si lo hiciéramos por separado.
La figura es similar a la reunificación de deudas. Sin embargo, el banco nos va a dar un periodo de carencia de capital para completar la venta del primer inmueble. Cuando se haya vendido, se cancela la primera hipoteca y la hipoteca puente para formalizar una tercera hipoteca, esta vez en el sentido tradicional.