A nadie le gusta tener deudas. Sin embargo, la vida es imprevisible y a veces no nos queda más remedio que pedir un préstamo o un crédito para salir adelante. El problema viene cuando empezamos a pedir financiación y no podemos asumir el pago de las cuotas. En esos casos, tenemos varias alternativas, como la refinanciación de deudas.
¿Qué es la refinanciación de deudas?
La refinanciación de deudas es un mecanismo financiero para reestructurar las deudas pendientes para pagarlas con nuevas condiciones más flexibles. En otras palabras, se renegocian las condiciones originales para poder pagar con mayor comodidad a cambio de devolver una cantidad total mayor.
Normalmente, la reunificación se aplica para pagar unas cuotas mensuales más pequeñas durante más tiempo. No obstante, se puede reducir el plazo, la cuota o el tipo de interés, e incluso cambiar el tipo de interés o unir cuotas. El proceso puede realizarse en la misma entidad, en otra o través de una reunificación de deudas.
Ahora bien, en ningún caso la reunificación significa que se elimine una parte de la deuda (a diferencia de lo que ocurre con la ley de segunda oportunidad). Antes al contrario, porque a la larga hay que pagar más dinero.
¿En qué se diferencia la refinanciación de deudas de la reunificación de deudas?
Mientras que refinanciar deudas implica renegociar las condiciones para evitar el impago, reunificar deudas sirve para agruparlas todas en un único préstamo. Otra diferencia clave entre ambas soluciones económicas es que la reunificación conlleva que haya varias deudas, mientras que la refinanciación puede ejecutarse sobre una sola deuda.
¿Merece la pena refinanciar las deudas?
La refinanciación es una posible solución para poder seguir abonando nuestras deudas sin caer en el impago ni correr el riesgo de acabar en una lista de morosos. No obstante, antes de solicitar una renegociación de las condiciones, es recomendable estudiar detenidamente nuestro perfil económico. Si somos insolventes, nos va a costar más pagar la deuda, ya que la cuantía debida va a aumentar.
Además, no todas las deudas se pueden refinanciar. Por ejemplo, es el caso de las deudas con la Seguridad Social o con Hacienda.
¿Hay alternativas?
Algunas alternativas a la refinanciación de deudas son la reunificación, pedir ayuda a familiares o comprobar si cumplimos los requisitos para acogernos a la ley de segunda oportunidad. Asimismo, aunque pedir un préstamo para pagar otro no suele ser la mejor de las soluciones, siempre podemos valorar la opción en un caso concreto.
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