A medida que se acerca la nueva normalidad, también se acerca la vuelta a nuestras rutinas, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Por ejemplo, cada día está más cerca ese momento de retomar esas aficiones que se quedaron congeladas en el tiempo hace tres meses. Con esto del confinamiento y el coronavirus, muchas personas se han animado a hacer ejercicio en casa y han creado un hábito muy sano. Y ahora que queda menos para que vuelvan a abrir los gimnasios y los polideportivos, tal vez es un buen momento para apuntarnos a algún deporte. Hoy hablamos de los mejores motivos para practicar artes marciales.
Los beneficios de las artes marciales
Las artes marciales no siempre han gozado de buena fama. Aquellos que se limitan a mirar el escaparate solo ven gente pegándose y volcando toda su agresividad en un compañero. Pero, como suele decirse, las apariencias engañan.
Las artes marciales combinan el deporte con una alta carga filosófica, promoviendo valores fundamentales, como compañerismo, disciplina, autocontrol y salud física y mental. Su práctica nos enseña una serie de técnicas, tácticas y métodos creados para el ataque y la defensa en combate. Sin embargo, al mismo tiempo, las artes marciales se apartan de la mera violencia física y se adhieren a un código de conducta o filosofía de vida de origen ancestral.
Además, hay una gran variedad de ellas, generalmente de procedencia oriental: kárate, judo, kung-fu, kendo, kobudo, taekwondo, aikido, ninjutsu, wushu... Veamos qué podemos aprender con la práctica (constante) de estas artes marciales.
1. Aprende disciplina, respeto y sentido de la responsabilidad
Una de las principales razones por la que es recomendable apuntar a los niños (y a los mayores) a un arte marcial es porque desde el primer día se trabaja la disciplina. El ritual de ponerse el kimono y el cinturón, los horarios y las repeticiones en el entrenamiento generan constancia, responsabilidad, resiliencia, obediencia y disciplina.
Asimismo, el respeto al maestro o sensei y a los compañeros es una de las claves para prosperar en un arte marcial. Esto nos ayudará a abrir la mente y a aceptar las críticas para seguir mejorando. Por eso, muchos expertos en artes marciales hacen referencia a estos "deportes" como un estilo de vida.
2. Aumenta tu confianza y la seguridad en ti mismo
Suele decirse que la práctica hace al maestro. Un principiante puede desanimarse en los primeros entrenamientos, especialmente si se compara con otros compañeros veteranos. No obstante, cualquier aprendiz que persista mínimamente comenzará a notar los resultados de su esfuerzo en poco tiempo. Así, a través de los entrenamientos, un artista marcial va configurando su esencia y formándose como persona.
Como decía el escritor Ray Bradbury, el trabajo duro tiene recompensa, y para ser bueno en algo hay que practicar, practicar y practicar. Las artes marciales son enseñan, entre otras muchas cosas, a ganar confianza y seguridad en nosotros mismos, pudiendo llegar a hacer cosas que antes considerábamos impensables.
3. Asimila la autodefensa
La autodefensa no es un buen motivo para apuntarse a un arte marcial. Un artista marcial que lleva años entrenando puede ser un patán a la hora de defenderse en la calle. Y eso no significa que no entrene bien. No obstante, los practicantes de artes marciales son expertos en tenacidad y perseverancia, lo que les aporta una mayor seguridad en sí mismos y una cierta capacidad defensiva. Además, las artes marciales incluyen técnicas de defensa personal, que pueden ayudar en situaciones de peligro.
4. Mejora tu salud y tu calidad de vida
Casi todas las artes marciales son disciplinas muy agradecidas que se pueden practicar a cualquier edad. Esto las convierte en un deporte adecuado para todos los públicos, ya que los entrenamientos pueden adaptarse a cualquier nivel y persona.
Por otro lado, como ocurre con cualquier otro deporte, la práctica de un arte marcial nos ayuda a estar más sanos física y mentalmente. En los entrenamientos se trabaja la fuerza, la velocidad, el equilibrio y la flexibilidad, entre otras aptitudes, por lo que es una manera excelente de ponerse en forma mientras nos divertimos, nos desfogamos, reducimos nuestra ansiedad y aprendemos algo nuevo cada día.
5. Trabaja tu concentración y tu paciencia
Aprender cualquier arte marcial conlleva perfeccionar cada una de las técnicas, lo que requiere sacrificio, esfuerzo, concentración, calma y toneladas de paciencia. Y lo que interiorizamos en el tatami lo podemos trasladar fácilmente a otras facetas de nuestra vida.
6. Mejora tu carácter, alivia la ansiedad y canaliza tu agresividad
Las artes marciales han sido denostadas en numerosas ocasiones a causa de su supuesta agresividad. Pero, muy al contrario, en realidad nos proporcionan un excelente método para canalizar nuestra agresividad de forma sana. Tanto los niños como los adultos experimentan un efecto tranquilizante tras los entrenamientos que ayuda a combatir la ansiedad y a controlar nuestros impulsos.
La práctica de un arte marcial también sirve para desarrollar nuestra educación mental y psicológica, permitiéndonos alcanzar cierta estabilidad espiritual que podremos aplicar a todos los ámbitos de nuestra vida. Además, también hay que reconocer que dar golpes es una manera muy efectiva de liberar estrés y ansiedad.
7. Potencia tu coordinación y tu equilibrio
Una de las mejores razones a nivel físico para hacer artes marciales es la potenciación de la coordinación gracias a las rutinas repetitivas y constantes. Asimismo, también nos ayudan a mejorar tanto nuestro equilibrio físico como mental a través de la práctica constante, la disciplina y los entrenamientos.
8. Sal de tu zona de confort
Cuanto más amplia es nuestra zona de confort, más amplio y rico es nuestro mundo. Un tatami o un dōjō no es un lugar para competir, sino que es un espacio seguro para el aprendizaje.
Los practicantes de artes marciales son conscientes de que, por muy buenos que sean, siempre hay alguien mejor, y eso les motiva para esforzarse aún más y aplicar este espíritu de superación en todos los ámbitos de su vida. De esta forma, las artes marciales nos ayudan a trabajar nuestra autoestima, motivación y confianza, reforzando un estado mental de seguridad y destruyendo los límites de nuestra zona de confort.
9. Haz amigos y aumenta tu familia
Las artes marciales son disciplinas que se practican de por vida. Además, ayudan a potenciar el desarrollo físico espiritual de los practicantes y nos enseñan a trabajar en equipo, relacionarnos e integrarnos en la sociedad. En los entrenamientos se genera un ambiente muy cordial, que con el paso del tiempo se transforma en cariño. Por eso los artistas marciales suelen decir que, más que compañeros, tienen familia.
Y, por si aún no te hemos convencido para acercarte a tu dōjō más cercano para iniciarte en algún arte marcial, os dejamos el GIF definitivo. Si Chiquito de la Calzada, Ramón García, Antonia Dell'Atte y Jean-Claude Van Damme no te convencen, nada lo hará.
¿Le han dado ya el Emmy a Chiquito y Van Damme por el mejor gif de la historia? pic.twitter.com/vLwNLQevOa
— nicolás (@nclsdlmrl) August 26, 2014