Comprar, comprar, comprar... Cuando las compras se convierten en un problema, generalmente estamos frente a un dilema de compras compulsivas o de compras impulsivas. ¿Pero en qué se diferencian y cómo podemos evitarlas?
Compras impulsivas y compulsivas: Un problema para tu economía
Vivimos en una sociedad consumista y materialista que favorece el gasto, invitándonos a comprar más cosas de las que necesitamos en realidad. Sucumbir a una compra innecesaria o a un capricho de vez en cuando no es un problema como tal si contamos con una buena salud financiera. Pero cuando este tipo de gastos se producen frecuentemente tenemos que empezar a preocuparnos, ya que podemos habernos convertido en presa de las compras compulsivas o impulsivas.
Como ya vimos, las compras impulsivas son aquellas compras no planificadas que se hacen por intuiciones o impulsos, quedando al margen los productos de primera necesidad. Se entiende que aproximadamente el 50% de nuestras compras son impulsivas.
Por su parte, las compras compulsivas o patológicas son aquellas en las que existe una adicción a la sensación placentera o gratificante que sentimos momentáneamente al comprar. Generalmente, los compradores compulsivos utilizan las compras para compensar situaciones insatisfactorias que les afectan personalmente.
Cómo diferenciar (y evitar) las compras impulsivas y las compras compulsivas
Ambos tipos de compra comparten el sentimiento de posesión y la sensación de urgencia que generan. La principal diferencia entre compras compulsivas y compras impulsivas es que a veces es necesario acudir a un profesional de la salud mental para que ponga freno a las compras compulsivas.
Por su parte, para luchar contra las compras impulsivas debemos evitar precipitarnos y pensar si lo que vamos a comprar tiene un uso práctico real. Y, sobre todo, hay que hacer un acto de reflexión consciente para desarmar las tácticas de la publicidad y el marketing que pretenden crearnos necesidades absurdas.
En todo caso, si eres víctima de las compras, siempre puedes vender todo aquello que no necesites, actuar para no volver a caer en la tentación y pedir préstamos rápidos online para sanear tus cuentas. Podrás conseguir hasta 300 euros en menos de 15 minutos y ampliar tu línea de préstamo a partir del segundo microcrédito. Sin preguntas, sin papeleos y sin líos.