¡Pero qué calor hace este verano! Aunque tal vez no lo demuestren, nuestras mascotas también sufren con las altas temperaturas. De hecho, el calor y la sequedad ambiental son dos de los peores enemigos de nuestros amiguitos peludos. ¿Qué podemos hacer para protegerlos durante los meses más calurosos? Hacemos un repaso de algunas cosas sencillas que podemos poner en práctica para mantener bien hidratados a nuestros gatos en verano.
8 consejos para que nuestros gatos estén bien hidratados en verano
Si tenemos animales es para cuidarlos, igual que ellos nos cuidan a nosotros, como han hecho durante el confinamiento del coronavirus. En verano nuestras mascotas corren el riesgo de sufrir golpes de calor y deshidrataciones. Veamos qué podemos hacer para mantener hidratados a nuestros gatitos.
1. No dejes que se queden sin agua fresquita
Nuestras mascotas siempre deben tener acceso a agua fresca en todo momento, pero en verano es todavía más importante. Un cuenco con agua no puede faltar junto a sus comederos, pero es recomendable que tengan más de un bebedero.
Por otro lado, las fuentes de agua para gatos son unos dispositivos fantásticos para animar a nuestros gatos a que beban más a menudo, ya que prefieren beber agua en movimiento. ¡Y encima sale fresquita! Algunos modelos de fuentes también nos permiten añadir unos hielos en los días más calurosos.
Por otro lado, hay gatos a los que les gusta beber agua fresca del grifo. Muchos aprenden a abrirlo ellos solitos, pero si no es el caso de nuestra bola de pelos, habrá que estar atentos cuando quiera beber (y para cerrarlo en cuanto se llenen el buche de agua).
2. Aliméntales con latitas y comida húmeda
Los veterinarios recomiendan combinar el pienso con la comida húmeda en la alimentación de los michos. La comida húmeda es aún más recomendable en verano, pues contiene mucha agua y nos ayuda a mantener hidratados a nuestros gatos. Además, ¡a los gatos les vuelven locos las latitas! Especialmente las de pescado y pavo, pero cada gato es un mundo.
3. Evita que se exponga al sol
Los gatos disfrutan mucho jugando al aire libre y echándose una siesta bajo el sol. Pero si nuestros mininos tienen acceso a una terraza o jardín, debemos evitar que se expongan directamente al sol y que hagan ejercicio durante las horas centrales del día.
Si vemos que nuestro gato empieza a jadear hay que ponerle a la sombra y enfriar su cuerpo. Seguramente mejorará en unos minutos, pero si no lo hace lo más recomendable es llevarle a un veterinario.
4. Deja el suelo descubierto
El suelo está más frío de lo que pensamos. No debemos extrañarnos si nuestros gatos se tumban en el suelo buscando el frescor. Por eso es conveniente que dejemos despejado el suelo de las habitaciones más frías, como el baño.
5. Enfría su cama
Podemos hacer que su cama sea más cómoda en verano si colocamos una botella de agua fría envuelta en una fina toalla. Y también podemos adquirir una manta fría en una tienda especializada. Estas "mantas" se enfrían con la presión del cuerpo del animal cuando se tumba encima. ¡No necesitamos nada más para convertir su cama en un pequeño oasis!
6. No congeles globos de agua
Hace algunos años se recomendaba en las redes sociales congelar agua en un globo para dejar que nuestros gatos jugaran con el hielo. Esto podría ser peligroso, ya que los globos normales que encontramos en cualquier tienda pueden tener sustancias tóxicas y no son aptos para el uso alimenticio.
Pero si a nuestro gato le gusta jugar con hielo hay una solución muy sencilla: podemos congelar agua en un tupper o envases de cocina. Eso sí, se pondrá todo perdido de agua.
7. Deja que disfruten del aire acondicionado
Los gatos suelen estar un poco más apagados en verano a causa del calor. Si tenemos aire acondicionado, es normal que quieran disfrutar del aire fresquito, pero sin pasarse. Es curioso ver cómo se activan cuando la temperatura empieza a bajar en la habitación.
8. Masajea a tu gato con un trapo húmedo
Si nuestro gato tiene mucho calor es una buena idea humedecernos las manos y pasárselas suavemente por el lomo. También lo podemos hacer con un trapo húmedo si queremos evitar llenarnos las manos de pelos.
No hay que empaparles, solo humedecer su pelaje ligeramente. Esto les refresca mucho y, pese a su miedo al agua, ¡algunos lo acabarán pidiendo!