Este año no ha estado exento de polémicas diarias, pero una de las más sonadas ha sido el ingreso mínimo vital. Si bien esta ayuda ha llegado en un momento en el que los españoles lo están pasando muy mal, algunos se plantean la eficacia de esta prestación a largo plazo. Desmarcándose ligeramente de las polémicas, ahora investigadores alemanes se plantean cómo será nuestra vida si recibiéramos 1.200 euros mensuales del Estado de por vida y sin condiciones.
¿Cómo cambiaría tu vida si recibieras 1.200 euros al mes sin condiciones?
Todos hemos soñado alguna vez con vivir sin trabajar. ¿Es posible? ¿Cómo sería nuestra vida si cobráramos 1.200 euros mensuales sin necesidad de hacer nada ni demostrar que los necesitamos? ¿Dejaríamos de trabajar? ¿Los ahorraríamos, los invertiríamos o los gastaríamos alegremente? ¿Dejaríamos de buscar trabajo si estamos en paro? ¿Seríamos más solidarios y donaríamos más?
Todas estas preguntas pretenden responderlas los investigadores del Instituto Económico de Berlín en un proyecto piloto impulsado por la ONG Mein Grundeinkommen (Mi ingreso básico). El interés, como cabía esperar, ha sido enorme. En solo una semana, se han inscrito más dos millones de voluntarios para participar en este estudio del ingreso mínimo vital.
Entre ellas se elegirá a 120 personas que van a cobrar 1.200 euros al mes durante tres años. Su única labor será rellenar unos cuestionarios a través de la página web. El dinero para este proyecto procede de 150.000 donantes particulares y ni siquiera está sujeto a impuestos para los participantes.
Durante el estudio se analizará cómo cambia el comportamiento de los participantes. Entre otras cosas, se comprobará si comen mejor, si dejan de trabajar o de buscar trabajo si están en paro e incluso si mejora su salud debido al menor estrés que tendrán que soportar.
Vivir sin trabajar: ¿Una utopía cada vez más cercana?
Los organizadores del proyecto están convencidos de que un pago incondicional a todos los ciudadanos mejoraría sus condiciones de vida y acabaría con muchos de los problemas de la sociedad actual. De hecho, su objetivo es demostrar que, una vez eliminada la presión para ganar suficiente dinero, las personas serían más libres, creativas y felices.
¿Pero es esta utopía aplicable a la vida real? La ONG lo plantea como la solución a muchos problemas sociales y culturales, otros temen que algunos quieran dedicarse a hacer el vago para vivir a expensas de las personas que sí trabajan. Y también hay quien opina que se trata de una manera de empezar a desarrollar nuevos modelos de vida para un futuro en el que el trabajo, tal y como lo entendemos hoy en día, sería escaso a causa de la creciente intervención de las nuevas tecnologías y la digitalización.
No obstante, parece difícil sacar conclusiones. Ya hay quien señala defectos de base, como la limitación del proyecto a tres años. Muchos políticos también miran este estudio con recelo, pues quién sabe cómo cambiarían los precios o cuánto subirían los impuestos si todo el mundo recibe un ingreso mínimo vital.
No es el primer estudio que los investigadores realizan sobre el ingreso mínimo vital y un posible cambio de vida. Entre 2017 y 2018 se lanzó un proyecto similar en Finlandia. Durante estos dos años, la Seguridad Social ingresó 560 euros al mes sin ningún tipo de condiciones a 2.000 parados. Sin embargo, sus resultados no fueron muy halagüeños para los que sueñan con vivir sin trabajar. Y es que esta inyección de dinero no mejoró su situación laboral, pero sí su salud y su bienestar.