¿Cómo serían los superhéroes si existieran en la vida real? The Boys, el cómic de Garth Ennis y Darick Robertson, nos dio una respuesta muy aproximada a esa pregunta. Y ahora Eric Kripke ha llevado la historia a Prime Video en formato de serie de televisión. El resultado es, simplemente, magistral.
Nunca conozcas a tus héroes
¿Y si los superhéroes fueran reales? Según The Boys, los mejores formarían parte de una de las empresas más poderosas de América, Vought International. Sin embargo, estos superhéroes no se dedican a salvar el mundo o a viajar en el tiempo para cambiar el futuro. En su lugar, Vought ha convertido a los Siete en un producto. De esta forma, los comercializa y los monetiza, utilizándolos para hacer películas, campañas publicitarias y toneladas de merchandising. Pero, más allá de las pantallas, la mayoría de estos "héroes" son orgullosos, arrogantes y corruptos. Y, desde luego, poco o nada se preocupan por la seguridad de los ciudadanos a los que dicen proteger.
La serie se divide principalmente entre los tejemanejes de los superhéroes de Vought y las peripecias de The Boys, un grupo disfuncional que vigila clandestinamente a los vigilantes. Los primeros están liderados por el Patriota, una parodia de Superman y el Capitán América personificada en un psicópata sádico, narcisista y violento al que prácticamente nadie puede oponerse. Frente a él conoceremos a Luz Estelar, una joven e inocente heroína que tendrá que enfrentarse a la verdad sobre los héroes que ha admirado... hasta entrar en los Siete.
Por otro lado, los miembros de The Boys actúan capitaneados por Billy Carnicero, un exmarine británico malhablado y sociópata que desprecia a las personas con superpoderes. Este insolente desequilibrado se convirtió en un justiciero en las sombras después de que Becca, su mujer, fuera violada y asesinada por el Patriota. A él se unirán el insulso Hughie Campbell, Frenchie, LM y Kimiko.
¡Soy el Patriota y puedo hacer lo que quiera!
El año pasado, Prime Video nos sorprendía con una de las series más irreverentes, bestias, gamberras y macarras del panorama actual. Y mira que hay competencia. Si bien esta serie resulta muy divertida, la trama pone la piel de gallina por lo realista de su planteamiento. Y es que, ¿acaso nos habíamos creído que todos los superhéroes iban a ser tan buenos como nos lo han pintado Marvel y DC a lo largo de los años? ¿Acaso no hubieran aprovechado Spider-Man o Catwoman para sacar tajada económica de sus poderes? ¿O el Capitán América no se hubiera dado un baño de multitudes de vez en cuando?
Pero lo verdaderamente fantástico de The Boys es la gracia y la sutileza con la que trata temas tan candentes como la inclusividad, la cuestión de género y el empoderamiento femenino. Sin necesidad de decir una palabra, callan bocas a otros guionistas que presumen de enarbolar la bandera del feminismo.
Al mismo tiempo, la trama también se permite hacer una crítica feroz a la hipocresía de los poderosos, a la manipulación de los medios y a las grandes corporaciones, dispuestas a todo con tal de blanquear su imagen o sacar beneficios a cualquier precio. The Boys no nos ofrece un producto mascadito y sencillo de ver, y tampoco espectáculo visual como tal. A cambio, nos brinda una sátira de la sociedad contada con mucha mala uva y un embriagador humor negro que no deja indiferente a nadie.
Y, pese a los altibajos de su ritmo (especialmente en la segunda temporada), resulta un producto muy recomendable para degustar con calma. Además, parece que vamos a tener serie para rato, puesto que ya se han confirmado cinco temporadas y un spin-off sobre una universidad para superhéroes, algo así como una mezcla entre Los juegos del hambre y la Escuela del Profesor Xavier para Jóvenes Talentos, pero en versión chunga.
