No hay ninguna ley que así lo indique, pero hoy en día es prácticamente obligatorio tener una cuenta bancaria. A través de ella emitimos transferencias, pagamos impuestos, cobramos el sueldo, compramos por internet y operamos en el tráfico financiero. ¿Pero corremos algún tipo de riesgo al dar nuestro número de cuenta del banco a otros? En internet albergan todo tipo de peligros. Veamos si este es uno de ellos.
¿Le puedo dar a alguien mi número de cuenta del banco?
La respuesta rápida para la pregunta que nos reconcome ahora mismo es que no existe ningún peligro en dar el número de nuestra cuenta del banco (IBAN). Con este número los usuarios ajenos a la cuenta solo pueden ingresar dinero (como cuando nos pagan el salario neto). Para realizar cualquier tipo de operación con una cuenta bancaria hacen falta otros datos adicionales, como el DNI, la clave de seguridad o la firma electrónica, entre otras medidas de seguridad.
Por ejemplo, cuando queramos domiciliar un pago no basta con dar un número de cuenta, sino que tenemos que aportar más información. Lo mismo pasa cuando los autónomos rellenan el modelo 303 del IVA al final de cada trimestre, ya que, para domiciliar el pago, tendrán que iniciar sesión con su certificado digital.
En todo caso, si vemos que nos han realizado un cobro que no hemos autorizado en nuestra cuenta, podemos anular el movimiento y avisar a nuestro banco. Por eso es conveniente revisar la cuenta bancaria de vez en cuando, para evitar sustos desagradables. Además, otro buen consejo es no ceder este tipo de datos alegremente y sin motivo. No es peligroso dar este número, pero tampoco se debe dar a cualquiera.
Dar el número de la tarjeta sí que puede ser peligroso
Hay una diferencia importante entre dar el número de la cuenta del banco y dar el número de una tarjeta de crédito o débito. Si facilitamos a un tercero esta información, podemos ser víctimas de un fraude o delito económico. Especialmente si hemos dado también la fecha de caducidad de la tarjeta, el código CVV o el PIN de seguridad. Con esta información cualquier persona puede ingresar y sacar dinero, entre otras operaciones financieras.
Ojito también al comprar por internet, ya que es mejor que la dirección de la página web del comercio electrónico incluya el protocolo HTTPS (con "S" al final). La seguridad ante todo.
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