Iniciar un proyecto empresarial casi nunca es sencillo, y eso es algo que saben muy bien los emprendedores y los directores de startups. Sin embargo, en sus primeros pasos cuentan con un mecanismo muy útil para conseguir fondos llamado ronda de financiación. Veamos qué es, para qué sirve y cómo funciona.
Ronda de financiación: Concepto y características
La ronda de financiación, también conocida como ronda de inversión es un mecanismo que utilizan las startups para obtener el dinero necesario para el desarrollo de su negocio a través de inversores. A cambio de su colaboración, los inversores pasan a convertirse en socios y adquieren una parte del capital social de la empresa y, por lo tanto, cierto control sobre ella. Esto tiene cierto sentido, puesto que el objetivo de los inversores es que la empresa crezca para ganar dinero o, como mínimo, recuperar lo invertido.
De esta forma, la ronda de financiación es un sistema de préstamo alternativo con respecto a los que ofrecen los bancos. Cada vez es más difícil que las entidades bancarias concedan créditos a empresas y startups, por lo que han surgido nuevos procedimientos de financiación.
Por otro lado, las rondas de financiación también afectan a los trabajadores. Algunas empresas ofrecen a sus empleados parte de la remuneración en acciones. Esto tiene ciertos riesgos. Si la startup es adquirida por otra empresa o sale a bolsa, esas acciones se pueden revalorizar considerablemente. Sin embargo, hasta entonces el dinero no es real. Además, si la compañía quiebra, los trabajadores perderán las cantidades correspondientes a las acciones.
¿Qué tipos de rondas de financiación existen?
Existen tres tipos de rondas de financiación en función del estado de la empresa. Son las siguientes:
- Serie A. Este tipo de ronda de financiación se utiliza cuando la startup se ofrece por primera vez a inversores externos, como los business angels. Se suele buscar una cantidad entre uno y cinco millones de euros.
- Serie B. La serie B sirve para la expansion de la empresa, y se emplea cuando la startup ya es rentable y está consolidada. Los fundadores quieren que el negocio crezca para aumentar el margen de beneficios, para lo que se necesita una inyección de capital de entre cinco y 20 millones de euros.
- La serie C. Cuando una empresa abre una ronda de financiación tipo C está planteando un proyecto más ambicioso, como el lanzamiento de nuevos productos o la preparación para la salida a bolsa. Dependiendo de las necesidades del negocio, se busca un capital de entre 20 y 250 millones de euros.
A través de estos tres tipos de rondas de inversión podemos ver las diferentes fases de una startup: inicio, consolidación y maduración. En otras palabras: con la serie podemos conocer el estado de un negocio o startup.