Vivir en sociedad implica pagar impuestos para que todos los ciudadanos tengamos acceso a unos servicios básicos. Sin embargo, las numerosas ayudas y proyectos sociales que ha puesto en marcha el Gobierno requieren que se suban las tasas o que se creen nuevos impuestos. La idea de pagar por utilizar las autovías ya lleva tiempo rondando en la cabeza de Pedro Sánchez.
A pesar de haber pactado con Ciudadanos la retirada de esta propuesta, ahora el Gobierno se ha comprometido con la Comisión Europea a poner en marcha un nuevo sistema de pago para las vías de alta capacidad (autopistas y autovías del Estado). Los ingresos recaudados servirán para financiar su conservación, valorada en 1.200 millones de euros anuales. El objetivo es crear un sistema de ingresos que garantice los fondos necesarios para la conservación de la red de carreteras estatal.
El famoso plan de recuperación del presidente Sánchez recoge esta propuesta para mitigar el déficit en la conservación de la red estatal, que la asociación SEOPAN valora en unos 10.000 millones de euros. El problema se ha agravado con la reversión al Estado de las autopistas de peaje con contratos de concesión finalizados entre 2018 y 2021. Hasta ahora, el mantenimiento de estas carreteras corría a cargo de las concesionarias privadas.
El Ministerio de Transportes plantea esta iniciativa a medio plazo, pero buscando el consenso de los transportistas y la vía para que estos no soporten el cargo. En otras palabras: es bastante probable que dentro de poco nos toque pagar por circular con nuestro coche por las autovías en España.
Pagar por utilizar las autovías: Un nuevo impuesto para los conductores
A pesar de todo, esta propuesta no es nueva. El Gobierno de Sánchez ya la planteó hace unos meses, aunque ahora ha quedado plasmada por primera vez en un documento oficial. No obstante, esta idea surgió allá por 2012 de la mano del PP, cuando la ministra de Fomento, Ana Pastor, ideó un modelo de peaje blando que solo afectaba a los vehículos ligeros, dejando fuera los camiones y los autobuses.
El plan actual es que solo paguen por el uso de las autovías los conductores de tránsito, que incluyen los viajeros nacionales y los turistas extranjeros. Estos conductores tendrán que abonar un pago reducido en comparación con los peajes de las autopistas. Quedarán exentos de este pago los camiones, autocares y los particulares que se desplazan a su lugar de trabajo.
La principal novedad de esta propuesta es que se separan los gastos que soporta el Estado (costes de conservación y explotación y obras menores) y los ingresos (el canon por el derecho de explotación de las áreas de servicio y otros servicios públicos). Estos ingresos no se ingresarían en Hacienda, sino que se destinarán directamente a la conservación de las carreteras.
Para el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, es necesario establecer un mecanismo para financiar la conservación de la red de autovías y autopistas del Estado. A medio plazo, pretende que este modelo sustituya la gratuidad por la obligatoriedad de pago.
¿Cuándo tendremos que empezar a pagar por utilizar las autovías?
Aunque el Gobierno parece decidido a aprobar este nuevo "impuesto" para los conductores, este proyecto aún no se ha aprobado y tampoco se ha creado la subcomisión anunciada por Ábalos hace dos años para encargarse del asunto. Pero, más allá de esta preocupante declaración de intenciones, no se conocen más detalles.
Es decir, la medida no se aplicaría este año y tampoco en 2022. Además, se necesita el consenso del sector del transporte, tanto de las empresas de transporte de viajeros como de mercancías.
La patronal de constructoras SEOPAN apoya el plan y ha fijado un peaje de 0,03 euros por kilómetro para los vehículos ligeros y de 0,14 euros para los pesados. Saquemos la calculadora. Por ejemplo, en un trayecto de Madrid a Valencia circulamos unos 350 kilómetros por la A-3. Solo el trayecto de ida nos costaría 10,50 euros adicionales al viaje si circulamos en un turismo.