Se puede estar de acuerdo o no con las políticas fiscales del Gobierno de turno, pero todos los ciudadanos están obligados a pagar impuestos en función de sus circunstancias. A nadie le gusta pagar impuestos, pero es necesario para el mantenimiento de los servicios públicos. Sin embargo, hecha la ley, hecha la trampa. Y como en España la picaresca es algo muy nuestro, la evasión de impuestos o fraude fiscal está a la orden del día. ¿En qué consiste la evasión de impuestos y cómo se controla?
La evasión de impuestos en el ordenamiento jurídico español
La evasión de impuestos, también conocida como fraude fiscal, defraudación o evasión fiscal, es una conducta ilícita que cometen los contribuyentes que vulneran un precepto tributario que deriva en un perjuicio económico a la Hacienda pública. Se trata de una conducta dolosa que se realiza cuando un particular o empresa oculta o omite bienes a la Agencia Tributaria o cuando sobrevalora las deducciones para reducir el pago de un impuesto.
El fraude fiscal en el Código Penal
El Código Penal regula el fraude fiscal en el artículo 305, dentro del título de los delitos contra la Hacienda Pública y contra la Seguridad Social. Según este precepto, la defraudación fiscal consiste en cualquier acción u omisión que, vulnerando una norma tributaria, permite al obligado tributario:
- Eludir el pago de impuestos.
- No ingresar cantidades retenidas o los ingresos a cuenta practicados.
- Obtener devoluciones tributarias indebidamente.
- Aprovecharse de beneficios fiscales improcedentes.
El fraude fiscal en la Ley General Tributaria
Por otro lado, la Ley General Tributaria utiliza la expresión "medios fraudulentos" en su artículo 184.3 para valorar la gravedad de la comisión de las infracciones tributarias. En este sentido, se consideran medios fraudulentos:
- Las anomalías importantes en la contabilidad y en los libros o registros de contabilidad. Aquí se incluye el mantenimiento de doble contabilidad, el incumplimiento absoluto de la obligación de llevanza de la contabilidad y la contabilidad incorrecta por falsedad.
- El empleo de facturas, justificantes u otros documentos falsos si su incidencia representa un porcentaje superior al 10% de la base de la sanción.
- La utilización de personas físicas o jurídicas cuando el sujeto infractor, con la finalidad de ocultar su identidad, haya puesto a nombre de un tercero (con o sin su consentimiento) la titularidad de los bienes o derechos, la obtención de las rentas o ganancias patrimoniales o la realización de las operaciones con trascendencia tributaria de las que se deriva la obligación tributaria cuyo incumplimiento constituye la infracción que se sanciona.
¿Cómo se controla la evasión de impuestos?
El fraude fiscal puede ser perseguido por la vía administrativa o por la vía penal. La vía penal se utiliza cuando la defraudación supera los 120.000 euros, puesto que se considera un delito penal que puede ser sancionado con penas privativas de libertad. La vía administrativa se suele reservar para los supuestos en los que la defraudación no supera esa cantidad. En ese caso estamos ante una infracción administrativa y se castiga con multas.
La Agencia Tributaria tiene encomendada la aplicación efectiva del sistema tributario estatal y del aduanero. Es decir, que debe velar por el saneamiento de las cuentas públicas, luchar contra el fraude fiscal y conseguir los recursos necesarios para financiar los gastos públicos (generalmente, a través de la recaudación del pago de impuestos).
Para eso existen las inspecciones fiscales o las paralelas de Hacienda. Pero para evitar la evasión de impuestos, frenar el endeudamiento y solucionar las crisis económicas, las políticas fiscales han de ser efectivas.
Asimismo, el fraude fiscal se persigue también desde el ámbito internacional. Gracias a la cooperación internacional, en los últimos años se ha avanzando en la lucha contra el fraude, la evasión de impuestos y el blanqueo de capitales.