Una vez hubo un sueño llamado Unión Europea. Solo podías susurrarlo, a nada que levantaras la voz, se desvanecía. Tal era su fragilidad. Y ahora es posible que no sobreviva otro invierno. Al margen de citas peliculeras, es evidente que la UE no pasa por su mejor momento. El Brexit todavía estaba coleando cuando la crisis del coronavirus ha golpeado una debilitada Unión Europea. Los países del sur no tardaron en proponer una solución que parecía idílica: los coronabonos. Sin embargo, los analistas financieros desaconsejan aplicar esta medida. ¿Son los coronabonos la solución utópica que nos habían prometido?
Coronabonos sí, coronabonos no
Aunque parezca que haya pasado toda una vida, hace poco más de seis semanas de la declaración del estado de alarma en España. También ha pasado un mes desde que los países del sur del Europa reclamaran los eurobonos cordialmente llamados coronobonos. La propuesta era emitir una deuda conjunta para que los países de la UE pudieran solicitar fondos económicos de forma que pudieran fundar un sistema solidario para devolver el capital sin aumentar su creciente deuda.
Parecía una solución estupenda para aupar los magullados mercados de valores y paliar los efectos de la profunda recesión que cada vez está más cerca. Con los coronabonos, los países miembros de la Unión Europea se endeudarían en conjunto, de manera que los riesgos de devolución y los intereses se reducirían. No obstante, Alemania y los Países Bajos se erigieron como el principal muro contra esta solución. ¿Fue acertada su decisión o solo les movió el egoísmo?
¿Qué pasaría con la Unión Europea si se emitieran los coronabonos?
Las dificultades que están sufriendo países como España, Francia e Italia son innegables. Por eso, la resistencia a adoptar soluciones a nivel europeo por parte de países como Alemania y Holanda se ven como muestras de una escasa solidaridad. ¿Pero se trata tan solo de insolidaridad?
Los coronabonos servirían para evitar que los países de la Unión Europea más afectados por la COVID-19 se hundieran sumidos en nuevas deudas. Además, cumplen un doble papel demostrando que "estamos juntos en esto". Todos recordamos las vergonzosas imágenes de la ayuda médica que China envió a Italia mientras la UE se dedicaba a mirar a otro lado. Por eso se teme que, si la Unión Europea no actúa ahora, algunos de sus países miembros podrían perder para siempre la fe en el proyecto europeo.
¿Pero qué opinan los economistas? Ahora es el momento de demostrar solidaridad europea y aliviar el sufrimiento de los países más duramente golpeados, sí, pero no a cualquier precio. Y es que, según los expertos, en lugar de salvar la Unión Europea, los coronabonos podrían acabar con ella.
Es cierto que los españoles y los italianos están viviendo una tragedia, pero los países del norte de Europa también tienen que tener en cuenta la política y la opinión pública. La mutualización de la deuda dentro de la UE siempre ha sido la raya roja que los alemanes, finlandeses, holandeses y austriacos, entre otros, no estaban dispuestos a cruzar.
Se corre un riesgo de que los países del sur se sientan abandonados por los del norte, pero también de que los países del norte se sientan explotados por los del sur. Si para los españoles e italianos es injusto que se les tache de vagos y derrochadores, para los países del norte ocurre lo mismo cuando se les tilda de egoístas, ricachones y arrogantes. Los habitantes de los Países Bajos y Alemania también han sufrido largos años de austeridad, y también han sido víctimas del coronavirus. Y si los países del norte no cumplen con sus promesas, no es de extrañar que los votantes recurran a partidos antieuropeos.
Los coronabonos no son por tanto la única ni la mejor forma de ayudar ahora mismo a la Unión Europa. De hecho, establecer las estructuras legales necesarias tardaría varios años. No obstante, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) ya está en marcha. Pero para los españoles y los italianos esta solución dista mucho de ser perfecta, ya que estos préstamos aumentarían la carga de su deuda y vienen con una buena ración de condiciones. Su principal temor es que, tras la angustia de la pandemia, también tengan que sufrir un programa austero al estilo griego. Sin embargo, al tratarse de una situación tan complicada, el MEDE podría otorgar condiciones muy leves a sus créditos. De todas formas, habrá que seguir buscando.
Coronabonos no. ¿Y ahora qué?
Los presidentes y primeros ministros de la Unión Europea se vieron las caras el jueves pasado a través de videoconferencia en una reunión virtual del Consejo Europeo. España se presentaba con un nuevo plan que parecía especialmente prometedor. Se trataba de una propuesta muy ambiciosa especialmente diseñada para evitar las diferencias entre los países del norte y del sur, así como las reservas alemanas y holandesas a los coronabonos.
La idea partía de un documento difundido por el economista y eurodiputado de Ciudadanos Luis Garicano. De esta forma, se proponía establecer un fondo de recuperación de 1,5 billones de euros para la reconstrucción tras la pandemia. Lo novedoso de esta solución es que se trataría de transferencias directas que no habría que devolver, evitando servidumbres y recortes. Este fondo se financiaría con impuestos comunes europeos, entregando dinero a los países miembros en función de los daños que hayan sufrido.
Hasta Alemania veía con buenos ojos esta propuesta. Sin embargo, de momento el Consejo Europeo solo se ha comprometido a respaldar un plan de reconstrucción a través de un proyecto de presupuestos comunitarios que recogen un ambicioso programa de ayudas. Pero los detalles definitivos de este plan aún permanecen borrosos y confusos. Los más optimistas opinan que la primera propuesta podría estar preparada antes del 6 de mayo.
Sean los coronabonos o no, está claro que la Unión Europea necesita ayuda y la necesita ya. Es momento de apartar nuestras diferencias y actuar para conservar ese sueño que un día fue la UE.