La subida del precio de la luz y de los combustibles es un problema que no viene solo. Porque este incremento tiene consecuencias en todos los productos y servicios. De hecho, la escalada en los precios de la energía está provocando una subida paralela de la inflación sin precedentes. Por lo tanto, la factura de la luz (entre otros factores) ha hecho que el IPC se dispare al 4%, la cifra máxima en 13 años.
Esto significa que la cesta de compra ya es un 4% más cara que en septiembre del año pasado, según los datos adelantados que anunció ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra revela un avance de siete décimas en la inflación, una de las consecuencias de las continuas y escandalosas subidas del precio de la luz. Además, también indica que los precios se han incrementado un 0,8%, tres décimas más que el mes anterior.
El mes de agosto terminó con una subida del IPC de cuatro décimas, situándose en un 3,3%, el máximo desde el año 2012. Sin embargo, los sucesivos aumentos de récord en el precio de la luz no auspiciaban nada bueno. A pesar de las medidas de urgencia del Gobierno, la electricidad subió un 7,8% en un mes y un 35% en un año.
¿Qué consecuencias tiene la subida del precio de la luz en el IPC y en el resto de la economía?
El aumento del precio de la luz y de los combustibles está derivando en una tensión inflacionista que está teniendo repercusiones en el resto de la economía. Para empezar, la cesta de la compra ya es un 4% más cara que hace un año.
La inflación subyacente (que no tiene en cuenta los alimentos y la energía, los productos más volátiles de la cesta de la compra) ha subido tres décimas, llegando al 1%. No obstante, el ritmo del aumento de los precios es menor, situándose la brecha entre el IPC y el IPC subyacente en un 3%.
Con este panorama no hay que olvidar que el Banco Central Europeo (BCE) busca la estabilidad de los precios con el mantenimiento de una tasa de inflación del 2% anual. Obviamente, las consecuencias directas son el encarecimiento del coste de vida y la consecuente pérdida del poder adquisitivo.
Tras el desplome de la actividad por los confinamientos de 2020 llegó una bajada de los precios que ahora se han disparado. Sin embargo, algunos economistas opinan que la subida de la inflación es temporal y que los precios se empezarán a moderar en 2022. Como dijo el ciego... ya veremos.