Madrugas, te vistes, te tomas el café, vas a la oficina... Pero, en medio de esa vorágine de acciones cotidianas, ¿te has preguntado alguna vez qué es el trabajo decente? Celebramos la Jornada Mundial por el Trabajo Decente haciéndonos esta pregunta.
El empleo digno en el mundo
Cada 7 de octubre se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, un evento promovido por la Confederación Sindical Internacional (CSI). Durante este día, los sindicatos de todo el mundo organizan movilizaciones para fomentar el trabajo decente, los empleos seguros y los salarios justos.
Según la CSI, el trabajo decente debería ser una prioridad en las agendas políticas, ya que es la base para la recuperación del crecimiento económico de los diferentes países. A largo plazo, se busca un objetivo internacional común.
La campaña de la CSI para la jornada de 2021 se centra en el tema "Crear empleos justos". La razón es evidente: la destrucción de millones de empleos por la pandemia del coronavirus. Muchas personas se han quedado fuera del mercado de trabajo, y durante esta jornada se pretende presionar a los Gobiernos para que consideren el empleo como una prioridad esencial, entendiéndose como la base de la seguridad económica y de la seguridad social.
Pero la CSI va un paso más allá e insiste en la creación de 575 millones de empleos para el año 2030. Esta meta se enmarca dentro del punto 8 de los 17 objetivos de la Agenda 2030.
Pero, ¿qué se entiende por "trabajo decente"?
El concepto de trabajo decente fue creado en 1999 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para describir las características esenciales que debe reunir toda relación laboral según los estándares internacionales. Por lo tanto, el Director General de la OIT definió el trabajo decente como la "generación de oportunidades para que todos los hombres y mujeres accedan a un empleo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana".
El trabajo decente es fundamental para alcanzar el bienestar de las personas, de las familias y de las comunidades. Además, debe proporcionar un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado y se establece como la base de nuestro sistema legal, social y económico. También promueve el progreso y garantiza los mecanismos de protección social.
En pocas palabras, el trabajo decente debería ser lo que todos entendieran como un empleo digno o un buen trabajo. Un empleo que dignifica y facilita el desarrollo de las personas.