Siempre están ahí, para la bueno y para lo malo, no guardan rencor y son una fuente infinita de amor. Los animales de compañía han sido una gran ayuda durante el confinamiento. No solo nos han ofrecido su calor y su cariño, sino que también nos proporcionan beneficios para nuestra salud mental, física y emocional. Veamos cuál ha sido el papel de nuestros peluditos durante la pandemia.
Los beneficios de tener animales durante el confinamiento
Si hay algo que hemos aprendido de la cuarentena del coronavirus es la importancia de la buena salud y de la familia. Como consecuencia, la mayoría de los españoles han estrechado el vínculo con sus seres más queridos, incluyendo sus mascotas.
Los animales no solo nos ofrecen su compañía, también son un apoyo moral y una fuente de salud. Esto no es nuevo, pero el confinamiento ha ofrecido a los expertos un escenario ideal para comprobar los efectos de los animales en las personas. Un reciente estudio publicado en Journal of Veterinary Behaviour y basado en casi 1.300 respuestas a una encuesta al cabo de tres semanas de confinamiento indica que los animales de compañía aportan beneficios para la salud física, mental y emocional de las personas.
Tres de cada cuatro personas entrevistadas contestaron que su perro o gato les ayudó a superar el confinamiento. "Sabíamos que los animales eran una fuente de apoyo y salud para las personas, pero nunca lo habíamos medido a una escala como esta. Hemos tenido una situación perfecta para el estudio, toda la población estaba en una misma circunstancia ambiental", explica Jaume Fatjó, director de la cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los autores del estudio.
En España, casi la mitad de las familias tienen un animal de compañía. El 67% opta por los perros, mientras que el 33% prefiere los gatos. La mayoría de los encuestados declararon que la relación con su mascota había mejorado estos últimos meses. De esta forma, durante el confinamiento se han estrechado los vínculos emocionales y ha aumentado la interacción con los animales.
Según Fatjó, “cada vez tenemos más evidencias de que los animales son un capital. Tienen una forma distinta de entender el mundo y relacionarse. Debemos hacer un esfuerzo para comprender y hacer que su calidad de vida sea mejor”. Esto es sin duda una asignatura pendiente.
Gatos y perros: Un rayo de luz en la oscuridad
La mayoría de los animales caseros pasaron de quedarse solos durante varias horas al día a tener a su disposición a sus humanos durante 24 horas al día. Sin embargo, esto no es necesariamente bueno.
Casi el 40% de los perros sufrió algún problema para sobrellevar la cuarentena. Esto se explica por un aumento de tensión a causa de la reducción del tiempo de paseo. Por un lado, pasaron menos tiempo solos, pero, por otro, perdieron temporalmente calidad de vida.
¿Pero qué pasa con los gatos? A pesar de su fama de pasotas y aunque algunos no lo demuestren, los felinos también han sufrido los efectos del confinamiento. Los gatos establecen vínculos intensos y ellos mismos eligen cómo regularlos: cuándo quieren mimos, con quién quieren contacto, cuándo exigen atención y durante cuánto tiempo.
Sin embargo, las circunstancias del confinamiento han conllevado que estos animales se hayan vuelto más dependientes de sus humanos y ahora muchos requieren más atención. En este sentido, Susana García Pérez de Ayala, acreditada en medicina felina por la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA) y coordinadora del Hospital Veterinario Moncan en Madrid, cree que los gatos lo han pasado peor que los perros. Y es que cualquier cambio de rutina tiene un efecto negativo y estresante en un gato.
Durante el confinamiento las personas se volcaron en sus perros para tomar el aire y llenar un vacío. De hecho, las protectoras de animales se quedaron sin perros para adoptar, y ahora se temen que muchos sean cruelmente abandonados este verano. Pero todos los animales domésticos requieren que les prestamos atención.
Para la veterinaria es fundamental resaltar que el cambio de humor de los personas afecta mucho a las mascotas. "Realmente les hacemos sufrir", asegura. Tal vez debamos empezar a pensar un poco más en esos peluditos que comparten su vida con nosotros y un poco menos en nosotros mismos.