Cuando se decretó el estado de alarma en marzo para frenar el avance de la COVID-19, uno de los objetivos principales era llegar a septiembre con los mínimos casos posibles. El propósito era facilitar la vuelta al cole y que el colapso de los hospitales no se juntara con la llegada de la gripe. Bueno, hemos fracasado estrepitosamente. La gripe y los resfriados están a la vuelta de la esquina y se van a mezclar con los casos de coronavirus. ¿Pero cómo podemos diferenciar estas enfermedades y cómo debemos actuar si sufrimos una de ellas?
Diferencias y semejanzas entre los resfriados, la gripe y el coronavirus
La gripe y la COVID-19 son enfermedades respiratorias contagiosas provocadas por virus diferentes: el virus de la influenza y el coronavirus llamado SARS-CoV-2, respectivamente. Por otro lado, el resfriado común es una infección viral de la nariz y la garganta que, por lo general, es inofensivo. No obstante, algunos de sus síntomas son similares. Pero hay tres factores básicos para diferenciar entre estas enfermedades:
- El periodo de incubación. Por lo general, las personas presentan síntomas de COVID-19 cinco días después de haber sido infectadas, aunque algunos pueden aparecer a los dos días de la infección o tras 14 días. El periodo de incubación en el resfriado varía de 18 a 72 horas, mientras que las personas enfermas de gripe desarrollan síntomas de uno a cuatro días después de la infección.
- La evolución de la enfermedad. Los pacientes de coronavirus pueden sufrir empeoramientos de forma muy brusca. En los resfriados y la gripe la evolución de la enfermedad es más constante.
- La pérdida del olfato (anosmia) y la pérdida del gusto (ageusia). Aunque en la gripe y los resfriados se puede sufrir una ligera pérdida del olfato o del gusto por la congestión de la nariz, en el coronavirus la anosmia y la ageusia son totales, tienen una duración media de unas dos semanas y proviene de una infección de las células nerviosas.
Esta última diferencia es la más significativa para diferenciar entre coronavirus, gripe y resfriados. El problema es que no todos los enfermos de COVID-19 sufren anosmia y ageusia. Estos síntomas se han presentando aproximadamente en el 70% de los casos de coronavirus.
Síntomas del coronavirus
Desde el principio hemos sabido que los síntomas del coronavirus son la fiebre, la tos y la sensación de falta de aire. Sin embargo, estos síntomas se han ido ampliando con el tiempo, recogiendo también diarrea, dolor muscular, anosmia y ageusia, así como fuertes dolores de cabeza, dificultad para respirar, neumonía, fallo renal e incluso la muerte.
Síntomas de la gripe
La gripe también cursa con fiebre y tos, aunque esta tos suele ser más seca en el coronavirus. También se presenta con goteo nasal, dolor de garganta, cansancio generalizado, flemas, dolor muscular y dolor de cabeza. En algunos casos también puede provocar pérdida de apetito y diarrea, pero nunca anosmia y ageusia total.
Síntomas de los resfriados
El catarro común viene acompañado de goteo y congestión nasal, dolor de garganta, tos y mucosidad. Normalmente no cursa con fiebre y su sintomatología es más banal.
¿Qué hago si tengo síntomas de coronavirus, gripe o resfriados?
Según las indicaciones de la OMS, si tenemos síntomas leves de coronavirus no hace falta atención médica. En estos casos es recomendable quedarse en casa, aislarse y vigilar la evolución de los síntomas.
Si creemos que necesitamos atención médica, es necesario llamar por teléfono al centro de salud. El problema es que muchos centros están tan saturados que no responden a las llamadas. Si no nos queda otra que desplazarnos hasta allí, es imprescindible llevar una mascarilla que cubra nariz y boca, procurar no tocar nada y mantener la distancia de seguridad con el resto de personas en todo momento.
Además, este año es especialmente importante que la mayoría de la personas se pongan la vacuna de la gripe. Para ello, deberemos ponernos en contacto con nuestro centro de atención primaria. Por teléfono, a ser posible.