El coronavirus ha conseguido lo impensable: parar el mundo. Sin embargo, las medidas de confinamiento han tenido un alto coste que se ha reflejado directamente en la economía global. El parón de la actividad ha tenido un impacto directo en los empleos de miles de personas en España, que se han visto afectadas por un ERTE, tras la prohibición de despedir decretada por el Gobierno durante la crisis sanitaria. ¿Pero qué es exactamente un ERTE y qué diferencia hay entre ERE y ERTE?
Definición de ERTE
El ERTE es un expediente de regulación temporal de empleo. Puede consistir en una suspensión temporal del contrato de trabajo o en una reducción temporal de la jornada. Aparece regulado en el artículo 47 del Estatuto de los Trabajadores. Según este precepto, "el empresario podrá suspender el contrato de trabajo por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción".
Entre estas causas se recogen situaciones económicas negativas, pérdidas actuales o previstas, cambios en los medios de producción o la alteración de la demanda de productos o servicios que una empresa ofrece en el mercado. Este procedimiento es aplicable a todos los trabajadores de una compañía. Sus consecuencias no tienen una duración determinada, pero solo puede aplicarse mientras la empresa demuestre que los motivos por los que se presentó el ERTE siguen produciéndose.
Es necesario diferenciar el ERTE del despido, ya que se trata de una suspensión temporal que puede afectar a toda la plantilla o a una parte. Además, el trabajador puede percibir un pago porcentual, pero no tiene derecho a recibir una indemnización por desempleo por parte de la empresa ni a rescindir su contrato.
¿Cómo afectan los ERTE a los trabajadores durante la crisis del coronavirus?
No obstante, el decreto por el que se declaró el estado de alarma altera las características y las consecuencias de los ERTE. En este sentido, las personas afectadas por un ERTE durante la pandemia de la COVID-19 están especialmente protegidas.
Para empezar, las empresas que hayan presentado un ERTE tienen que mantener el trabajo de los empleados y no podrán despedirlos durante los seis meses siguientes, a contar desde el momento en el que se recupere la actividad. Además, el Gobierno puso a disposición de los trabajadores afectados un subsidio por desempleo. El tiempo de paro contará como cotizado y no se descontará el tiempo de desempleo.
Por último, las empresas que hayan presentado un ERTE a causa del coronavirus no tendrán que pagar la cuota de la Seguridad Social de sus empleados si tienen menos de 50 trabajadores. Si tienen más, tendrán una rebaja en el 75% de la cotización.
El problema de los ERTE derivados de la COVID-19 es que muchos trabajadores siguen sin haber cobrado nada después de casi tres meses. Además, las negociaciones entre el Gobierno y los agentes sociales para extender los ERTE hasta el 30 de septiembre siguen, de momento, sin acuerdo.
¿Qué es un ERE?
Un ERE es un expediente de regulación de empleo. Esta figura se regula en el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores, que trata sobre el despido colectivo. Se trata de una forma de despido definitiva y firme que se suele presentar en dos casos: cuando la empresa cierra y cuando la empresa reduce el número de sus trabajadores. En este caso, los empleados tiene derecho a una prestación por desempleo siempre que cumplan los requisitos.
Entonces, ¿cuáles son las principales diferencias entre ERTE y ERE?
La diferencia más importante entre ERE y ERTE es, obviamente, la temporalidad. El ERE es irrevocable y da derecho a una indemnización por año trabajado, mientras que el ERTE se aplica durante un periodo de tiempo limitado y no da derecho a indemnización por parte de la empresa. En ambos casos se puede solicitar el pago de las prestaciones por desempleo.
Ambas son regulaciones de empleo colectivas que afectan a un gran número de trabajadores dentro de una misma empresa. Se trata de dos instrumentos similares que se pueden aplicar en función de las situaciones económicas, técnicas, organizativas o de producción que sufren.
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