Por fin llega el esperado horario de verano. Este domingo los relojes se adelantarán una hora. A las 2:00 serán las 3:00, lo que significa que tendremos más horas de luz por las tardes. En origen, el cambio de hora se introdujo para ahorrar energía y, por lo tanto, dinero. ¿Pero sigue cumpliendo este propósito?
Un cambio de hora para ahorrar... ¿o tal vez no?
Más allá del debate sobre si a España le corresponde el horario de verano o el horario de invierno, lo cierto es que apenas se ahorra realmente energía (y dinero) con el cambio de hora. La Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo publicó en 2018 un informe que concluye que, aunque se pueden producir ahorros, estos son marginales, mientras que los beneficios obtenidos por los países son inciertos.
El informe también señala que sí que puede haber un ahorro en cuanto a iluminación, pero no ocurre lo mismo con la calefacción. Es más, el consumo incluso podría llegar a aumentar. Por suerte, siempre podrás pedir un préstamo rápido online para conseguir hasta 300 euros en menos de 15 minutos si necesitas ayuda para pagar una factura especialmente cara.
En lo que se refiere a España, en los últimos años no se han realizado análisis que permitan afirmar que el cambio de hora sirva realmente para ahorrar. Pero sí que se sabe que el cambio de hora repercute en el ritmo circadiano y afecta negativamente a la salud, una molestia que acusan especialmente los trabajadores.
¿El cambio de hora tiene fecha de caducidad?
El domingo estrenamos el horario de verano, que estará vigente hasta el 29 de octubre. Esta medida obedece a la directiva europea que obliga a todos los Estados miembros de la Unión Europea a cambiar de hora, sin excepción.
Sin embargo, no todo el mundo está contento con el cambio de hora. El tema levanta tantas ampollas que la Comisión Europea decidió realizar una consulta pública en 2018. Más del 80% de los 4,6 millones de ciudadanos que participaron se mostraron a favor de acabar con los cambios de hora.
En vista de los resultados, la Comisión propuso finalizar esta práctica con el último cambio de hora en marzo de 2019. El problema fue que no hubo consenso y se retrasó hasta 2021 la posible anulación. En teoría, cada país podía escoger libremente entre el horario de verano y el horario de invierno. Pero luego llegó la pandemia del coronavirus y, como tantas otras cosas, esta historia acabó olvidada en el fondo de un cajón.
De hecho, el Gobierno ha publicado en el BOE los próximos cambios de hora hasta 2026. Por lo tanto, el fin de la medida, si es que llega, no será pronto.