Mañana comienza la Semana Europea de la Movilidad. El objetivo de esta iniciativa es "sensibilizar a la ciudadanía sobre el daño que hace a la salud y al medioambiente el uso indiscriminado del coche dentro de la ciudad" y, a su vez, poner en valor los beneficios de otros medios de transporte más sostenibles. Sin embargo, este año recurrir a los medios de transporte alternativos puede ser más una necesidad que una recomendación, ya que ahora hay que esperar varios meses e incluso un año para comprar un coche nuevo. ¿Qué está pasando en el mundo del motor?
Las razones por las que hay que esperar varios meses para comprar un coche nuevo
Vivimos un periodo complicado a gran escala. La inflación disparada, la crisis energética, la guerra, los últimos coletazos de la pandemia del coronavirus... Los mercados están en una posición inestable, y el sector del motor no se escapa de la incertidumbre.
Comprar un coche nuevo se ha convertido en una transacción realmente difícil en los últimos meses. En primer lugar, porque ahora mismo no es el mejor momento para comprar un coche híbrido enchufable ni tampoco un coche eléctrico. Pero es que, aunque quisiéramos, es posible que tampoco pudiéramos hacerlo o que tuviéramos que esperar varios meses e incluso un año.
Según los datos publicados por asociaciones de concesionarios (Faconauto), fabricantes (Anfac) y vendedores (Ganvam), las matriculaciones de vehículos han caído un 12,5% este año, alcanzando mínimos marcados hace una década. La razón se encuentra en los problemas de manufactura derivados por la escasez de materias primas y, sobre todo, de microchips.
El plazo de entrega depende del origen del fabricante. Según la Asociación Madrileña de Distribuidores de Automóviles (AMDA), las empresas asiáticas experimentan menos problemas y están tardando unos tres meses en entregar los vehículos nuevos. Sin embargo, las compañías europeas pueden llegar al año de espera.
La clave de la fabricación de vehículos son los chips semiconductores, cuyos principales proveedores son China y Corea del Sur, que priorizan las marcas que representan. Además, la pandemia del coronavirus supuso un parón en la cadena de producción que llevó a que se agotara el stock.
Y encima a todo esto se une la guerra entre Rusia y Ucrania. No solo se ha retrasado la entrega de materiales, sino que además se ha producido un encarecimiento de los costes energéticos.
¿Posibles soluciones?
En julio se vendieron 206.179 coches nuevos, un 15% menos que en 2021. Los largos tiempos de espera desaniman a los posibles compradores, que se desesperan y recurren a soluciones alternativas, desapareciendo el factor que asienta las compras impulsivas.
De hecho, estos largos tiempos de espera, sumados a la pérdida del poder adquisitivo de las familias a causa de la inflación, ha provocado que muchas personas recurran a los vehículos de segunda mano. Las ventas de coches de ocasión subieron un 18% en la primera mitad de 2022, y uno de cada diez vehículos de segunda mano vendidos supera los 20 años. Y esto, obviamente, es una mala noticia para el medioambiente.
Sin embargo, se espera que la situación de escasez se solucione a finales de 2023 o a principios de 2024, cuando el abastecimiento de microchips se estabilice. Por lo tanto, parece que el mercado de vehículos nuevos podrá volver a responder a las demandas de los consumidores a medio plazo. El problema ahora son todos aquellos trabajadores que se están despidiendo en las plantas de producción de automóviles por problemas de producción.