Casi todos vamos al supermercado con una lista de la compra preparada, ya sea en un papel, en una app móvil o en mente. Pero, claro, las tiendas quieren vender más, y por eso nos tientan con ofertas y con productos que, en realidad, no necesitamos. Ese es el germen de las compras impulsivas.
Compras impulsivas: Un peligro para tu bolsillo
Las compras impulsivas son aquellas que se realizan sin planificación previa y de forma repentina y no premeditada a causa un impulso emocional o un estímulo externo. Es decir, las compras no planificadas.
Ahora bien, las compras impulsivas no engloban los productos de primera necesidad ni los de emergencia. Por el contrario, se trata de artículos que normalmente no buscaríamos. Los comercios lo saben y por eso suelen colocarlos bien a la vista, especialmente en la entrada de los establecimientos, cerca de las cajas o en cualquier parte de las gasolineras.
Obviamente, este tipo de compras son un peligro para el ahorro. ¿Pero qué nos motiva a dejar de lado nuestra salud financiera para caer en la trampa del marketing? Los principales factores que promueven las compras compulsivas son los siguientes:
- Sensación de conseguir un buen descuento.
- Gratificación instantánea causada por las emociones.
- Estímulos físicos de la tienda (ambiente, escaparate, música, personal, promociones especiales...).
- Ubicación del producto en el establecimiento.
- Venta por lotes.
- Novedades o productos especiales.
Cómo evitar las compras impulsivas
Vale, ahora que conocemos al enemigo, vamos a ver cómo luchar contra él. Los principales consejos para evitar caer en la tentación de las compras compulsivas son los siguientes:
- Prepara un menú semanal y haz la lista de la compra adaptándote a las cosas que necesitas. Así se evitan gastos innecesarios y se puede hacer una compra más sostenible.
- Establece un límite de gasto para caprichos o productos que pueden llamar la atención.
- Investiga precios y compara artículos similares antes de comprar.
- Consulta la compra con la almohada.
- Pregúntate si realmente necesitas el producto, para qué lo vas a utilizar, dónde lo vas a poner o qué satisfacción te va a dar a largo plazo.
- Haz una foto del artículo para llevártelo de alguna manera a casa. A veces basta con eso para satisfacer nuestro lado más consumista.
- Si se trata de comida no saludable, piensa en tu dieta.
Recordemos que es importante darse un capricho de vez en cuando. Ahora bien, gastar a manos llenas nunca es recomendable, especialmente si nuestro objetivo es ahorrar dinero... un objetivo que deberíamos tener todos, en mayor o menor medida.