La fuga de empresas de Cataluña a Madrid no es un fenómeno nuevo. Cada vez más compañías cambian su sede social en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, la marcha de empresas de Cataluña a Madrid ha aumentado en el primer trimestre de 2021. ¿Pero por qué las empresas se están marchando de Cataluña?
La fuga de las empresas de Cataluña desde 2017
Después de haber acabado 2020 al alza, el fenómeno de fuga de empresas de Cataluña a Madrid se ha acelerado en el primer trimestre de este año. Un total de 254 empresas se han ido de Cataluña de enero a marzo, y casi la mitad han trasladado su sede a Madrid (concretamente, 124).
Si comparamos los datos con el mismo periodo del año pasado, cuando todavía pensábamos que íbamos a tener "algún caso diagnosticado" de coronavirus, 188 empresas de Cataluña hicieron las maletas. De ellas, 86 se fueron a Madrid. El total de empresas que se marcharon de Cataluña en 2020 es de 666, asentándose 309 de ellas en Madrid.
Esta fuga de empresas en Cataluña asciende a 7.435 desde el 1-O de 2017, la fecha del referéndum ilegal. Unas 3.660 acabaron en Madrid. Ese mes de octubre se alcanzó el récord de salidas (1.976), seguido de enero de 2018 (1.350). Algunas de las grandes empresas que se han trasladado de Cataluña a Madrid desde el 2017 son Gas Natural, Catalana Occidente, Abertis, Naturgy o Endesa Distribución Eléctrica.
En los tres primeros meses de 2021, Cataluña registra un saldo negativo entre salidas y entradas de empresas de 79. También cuentan con saldos negativos comunidades autónomas como Murcia (22) y Castilla-La Mancha (22). Por su parte, el saldo es positivo en Madrid (97), Andalucía (24) y la Comunidad Valenciana (17), entre otras.
Según explican los expertos, estos cambios de sede empresarial no son decisiones fáciles de tomar para los administradores de las empresas. No obstante, puede ser una buena señal en cuanto se puede interpretar como un indicador de mejora de la actividad.
Es más, en el primer trimestre del año se han constituido 27.855 sociedades mercantiles, lo que implica un incremento del 15,6% respecto al mismo periodo en 2020. Esto puede ser síntoma de una moderada recuperación en los últimos meses del año tras la pandemia. Además, las ampliaciones de capital también han aumentado un 40,6% en comparación con marzo de 2020.
¿Por qué las empresas se van de Cataluña a Madrid?
Las razones de los traslados de empresas de Cataluña son variadas. Aunque las políticas independentistas y el proceso soberanista son en gran parte responsables de esta fuga, no son los únicos agentes en juego.
Hasta hace poco, Cataluña (con Barcelona a la cabeza) se configuraba como una localización empresarial fantástica debido a su clima, sus bajos salarios (comparados con la media europea), buenos recursos humanos y excelentes conexiones terrestres y marítimas. A esto se unían otros factores, como la capacidad de generar ciertas sinergias con otras empresas y un tejido empresarial propio.
¿Qué ha pasado entonces? Estas condiciones positivas quedan relegadas cuando se enfrentan a las dificultades que atraviesa Cataluña en la actualidad. El proceso soberanista y el posible desenlace que podría desembocar en un enfrentamiento con el resto de España hace que algunos mercados no estén dispuestos a asumir el riesgo.
Pero, como adelantábamos, las razones políticas no son las únicas que influyen en este fenómeno. También se presenta como una dificultad la alta presión tributaria, que afecta especialmente a los directivos de las empresas.
Asimismo, muchos empresarios miran con recelo y hasta miedo las normativas y ordenanzas de fomento económico a nivel local en Barcelona. Todo esto genera cierta inestabilidad e inseguridad jurídica de las que huyen los empresarios y los inversores.
Si a esto unimos las ventajas fiscales que ofrecen regiones como la Comunidad de Madrid y su supuesto dumping fiscal (que, como ya vimos, no es tal), no es de extrañar que muchas empresas decidan recoger sus bártulos y marcharse a zonas más tranquilas donde se pagan menos impuestos. Al fin y al cabo, las compañías buscan estabilidad, seguridad y pagar menos impuestos, y ahora mismo parece que Cataluña no es la zona que más atrae a los empresarios.