Hace solo unos años, los bancos se esmeraban en buscar clientes, les hacían buenos regalos y ofrecían jugosos intereses. Ahora hemos pasado justo a lo contrario, y casi les tenemos que dar las gracias por entregarles nuestro dinero. En casi todas las entidades bancarias nos vamos a encontrar problemas similares. Pero si por casualidad encontramos una que nos ofrece unas condiciones mejores, será el momento de recoger nuestros humildes ahorros y marcharnos con la música a otra parte. Cambiar de banco es fácil si sabes cómo hacerlo, y más aún si sigues estos pasos.
Pasos para cambiar de banco
En los últimos tiempos, el servicio de los bancos ha empeorado mucho, sobre todo en lo que respecta a las personas mayores. Su crisis interna ha empeorado todavía más a raíz de la pandemia del coronavirus, y por eso mucha gente está buscando desesperadamente un banco donde al menos no cobren comisiones. Para realizar el cambio de banco tendremos que seguir los siguientes pasos:
- Buscar información acerca de nuestras posibilidades, empezando por las páginas web de los bancos.
- Una vez abierta la nueva cuenta bancaria, deberemos cambiar la domiciliación de la nómina dirigiéndonos al departamento de personal de la empresa. Si cobramos una prestación pública, como el paro o una pensión, tenemos que ponernos en contacto con el SEPE a través de su página web, por teléfono o yendo a una de las oficinas.
- Luego hay que cambiar las domiciliaciones de recibos. Este trámite lo puede hacer el nuevo banco si les damos los datos o una copia del último recibo. No obstante, lo más probable es que nos toque hacerlo a nosotros poniéndonos en contacto con cada emisor de recibos.
- Cuando tengamos operativas las nuevas tarjetas de crédito o débito, deberemos cancelar las viejas dirigiéndonos a nuestra antigua sucursal. Pero si hay pagos en curso o pendientes, tendremos que esperar a que se liquiden.
- Para cancelar definitivamente una cuenta es necesaria la firma de todos los titulares y la devolución de todos los medios de pago.
Ojo, porque si la cuenta que cerramos es una cuenta remunerada, el banco original está obligado a calcular los intereses generados hasta el día de la cancelación y abonar el saldo resultante... a no ser que en el contrato se indique lo contrario. ¿Y luego qué? Pues nos llevamos el resto del dinero a nuestra nueva cuenta bancaria. Hay tres formas de cambiar el dinero a otra cuenta:
- En efectivo (poco recomendable).
- Por transferencia bancaria, una opción especialmente sencilla si disponemos de acceso al servicio de banca online.
- Mediante un adeudo en cuenta, aunque el dinero puede tardar en llegar hasta diez días.
¿Qué tengo que tener en cuenta para elegir un nuevo banco?
Antes se solía cambiar de banco porque en la nueva entidad nos ofrecían mejores condiciones. Ahora lo más habitual es cambiarnos huyendo de comisiones o costes de mantenimiento de la cuenta bancaria. Por eso, antes de cambiar de banco debemos en los siguientes aspectos de la nueva entidad:
- Que no cobre comisiones por mantenimiento de cuenta, por hacer transferencias o por tener tarjetas.
- Las posibles condiciones de permanencia.
- Que tenga un buen servicio de banca online y de atención al cliente para evitar en lo posible ir a las oficinas.
- Si tiene una gran red de cajeros automáticos para poder sacar dinero desde cualquier parte.
- Que ofrezca buenos productos de ahorro e inversión en caso de que decidamos invertir, como planes de pensiones.
Algunos consejos para cambiar de banco
Cuando nos decidimos a cambiar de banco es cuando la antigua entidad ataca con una de sus armas más temibles: la burocracia. Para evitar acabar enterrados en un mar de papeleo y letra pequeña, podemos poner en práctica los siguientes trucos, recomendaciones y consejos:
- La gestión del traslado de cuentas de pago y domiciliaciones es un servicio gratuito para los clientes. En este sentido, el trámite es similar al que hacen los operadores telefónicos cuando nos cambiamos de compañía.
- Debemos comprobar cuidadosamente todos los recibos que pagamos a través de la cuenta bancaria, tanto los mensuales como los que tienen una periodicidad menor.
- No hay que cancelar la cuenta vieja hasta que nos aseguremos de que cargan correctamente los recibos en la cuenta nueva y de que cobramos los correspondientes ingresos.
- También hay que asegurarse de que la cuenta que vamos a cerrar no es la cuenta de abono de los intereses de otros productos financieros.
- Si utilizamos la cuenta vieja para pagar las cuotas e intereses de la hipoteca, créditos o algún tipo de préstamo, debemos consultar si podemos realizar el cambio y si existe alguna penalización.
- Si somos clientes de algún servicio online que pagamos automáticamente (como Amazon, Netflix o PayPal), deberemos cambiar la tarjeta de crédito asociada o la cuenta corriente del banco.
- Avisar a los familiares y a las personas que nos suelen hacer pagos periódicos o puntuales de que hemos cambiando de banco.
- Si pagamos una cuota anual por las tarjetas, al devolverlas podemos solicitar que nos devuelvan la parte proporcional no disfrutada. Sin embargo, en la práctica la mayoría de los bancos se guardan hasta el último céntimo escudándose en el contrato.
- Es recomendable solicitar que en la liquidación se incluya un extracto con los últimos movimientos.
- También debemos acordarnos de cancelar la cuenta antigua tras finalizar todos los trámites para evitar que nos cobren comisiones de mantenimiento.
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