La vida se está poniendo muy cara. La crisis sanitaria del coronavirus ha venido acompañada de una crisis económica que está afectando gravemente al bolsillo de todos los españoles. Cada día vemos cómo sube el precio de la cesta de la compra, de la luz, de los combustibles y prácticamente de todo. Aunque la tendencia alcista de los precios es alarmante, tal vez hayamos empezado a ver la luz al final del túnel. ¿Han tocado techo los precios y empezarán a bajar pronto?
Un panorama poco halagüeño
Estamos viviendo la que probablemente sea una de las peores cuestas de enero de la historia. Porque esta vez no solo tenemos que hacer frente a la habitual subida de los precios tras la revisión anual, sino que también estamos sufriendo los efectos de una escandalosa factura de la luz y la subida de la vivienda, de los combustibles, de los alimentos y de los impuestos, así como la incertidumbre de los mercados financieros debida a la crisis de Ucrania. Todo esto ha dado lugar a un incremento generalizado de los precios.
Además, a todo esto hay que añadir una nueva subida de las cuotas de autónomos, el elevado coste del transporte de contenedores de mercancías en barco y una cadena de suministro que aún no ha recuperado la normalidad. Un escollo que difícilmente se podrá superar mientras la variante ómicron siga causando oleadas de bajas.
¿El resultado? En diciembre de 2021 la tasa de variación anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó en el 6,5%, marcando la cifra más alta desde marzo de 1992. Aquí conviene recordar que una de las principales tareas del Banco Central Europeo (BCE) es mantener la estabilidad de los precios con una tasa de inflación del 2% anual.
Una pequeña esperanza: ¿Van a empezar a bajar los precios?
Pero, como se suele decir, todo lo que sube vuelve a bajar en algún momento. Ahora, la información preliminar del del Instituto Nacional de Estadística (INE) parece indicar que el ritmo de subida de los precios se ha frenado, e incluso podría haber tocado techo. Así, la inflación anual habría bajado en enero al 6%, siendo la primera caída desde febrero de 2021.
No obstante, no todo son buenas noticias. La inflación subyacente (que no tiene en cuenta los precios más volátiles de los alimentos frescos y la energía) sube tres décimas, alcanzando el 2,4%. Se trata de la tasa más alta desde octubre de 2012.
Asimismo, es pronto para lanzar las campanas al vuelo. Los economistas ya vaticinaron que la inflación seguiría alta al menos durante la primera mitad del año como consecuencia del incremento de los precios de la energía. Pero esto puede significar que la racha alcista en España podría haber llegado a su fin. Ahora todavía queda por saber cuándo empezarán a bajar los precios y a qué velocidad.