Sin duda, 2022 no va a pasar a la historia como un buen año para el poder adquisitivo para los españoles. De hecho, los trabajadores de España acumularán la mayor pérdida del poder adquisitivo de la OCDE este año.
Evolución del poder adquisitivo de los trabajadores españoles en 2022
Según el informe sobre Previsiones de Empleo para 2022 de la OCDE publicado el mes pasado, los salarios reales (los salarios nominales menos la inflación) en España se reducirán un 4,4% este año por el efecto de la escasa revalorización de los sueldos y del elevado encarecimiento de los precios. Este dato convierte a España en el país de la OCDE con una mayor pérdida del poder adquisitivo de sus trabajadores.
El informe también señala que la recuperación del mercado laboral en 2021 llegó a producir escasez de mano de obra en sectores como el turismo, la construcción, la agricultura o la tecnología. La consecuencia fue un aumento de los salarios nominales, pero en un escenario de aceleración de la inflación (que a finales del año pasado era de un 3,1%), la subida no fue suficiente para proteger el poder adquisitivo.
El descenso del poder adquisitivo de los españoles en 2022 representa una de las caídas más drásticas. Y es que la cifra es mucho más suave en otros países, como Italia (3%), Alemania (2,5%), Estados Unidos (0,6%) o Japón (0,4%). Aquí conviene recordar que la pérdida del poder adquisitivo significa que se pueden comprar menos cosas con el mismo dinero. Tal y como indican las cifras, en España, esta caída va a ser especialmente grave.
Los hogares con menores ingresos están sufriendo especialmente las consecuencias, sobre todo después de soportar los efectos de la pandemia del coronavirus. Y es que estas familias tienen un menor margen para recurrir a los ahorros o reducir sus gastos.
¿Hay solución?
La OCDE recomienda optar por "transferencias" directas para familias y empresas vulnerables, puesto que "suponen menores costes fiscales, expanden menos la demanda en un momento de alta inflación y se ajustan mejor a la transición verde", a diferencia de una bajada generalizada de impuestos o las bonificaciones de los carburantes. Además, la organización apunta a una reorientación del gasto hacia intervenciones específicas y rentables.