Fue bonito mientras duro. Después de ocho años situado en valores negativos, ahora el euríbor amenaza con dispararse al final del verano. Por eso muchos están planteándose cambiar su hipoteca variable por una hipoteca fija. ¿Pero es buena idea?
¿Qué va a pasar con las hipotecas variables?
Los titulares de hipotecas variables se enfrentan a un dilema de difícil solución. Desde febrero de 2016, el euríbor (el índice con el que se calcula el interés de las hipotecas variables) se ha mantenido en valores negativos, especialmente durante la pandemia del coronavirus.
Como consecuencia, los afectados pagaban unas cuotas mensuales bajas. Pero ahora tienen que despertar de este sueño, pues el índice se ha disparado en 2022 (en marzo cerró en -0,237%) y se espera que supere la barrera del 0% en los próximos meses.
Traducción: las mensualidades de las hipotecas variables van a subir.
Entonces, ¿debería cambiar de hipoteca variable a una fija?
Obviamente, muchos titulares se han preguntado si es un buen momento para pasar de una hipoteca variable a una fija. Pues bien, los expertos en hipotecas indican que sí, que puede ser una buena idea. De hecho, todavía se pueden conseguir hipotecas fijas a tipos de interés muy atractivos, ya que aún no se han producido subidas drásticas.
No obstante, las entidades financieras también están reaccionando a este fenómeno. Muchas de ellas están eliminando sus hipotecas fijas o abaratando las variables para aprovechar el contexto económico. En el mercado inmobiliario actual, una hipoteca a tipo fijo puede suponer un riesgo mayor para los bancos, mientras que la hipoteca variable empieza a ser más competitiva por la subida del euríbor.
Por lo tanto, el problema ahora es si estamos ante la última oportunidad de contratar hipotecas fijas baratas. Y es que es difícil que vuelva a repetirse la situación que hemos experimentado en los últimos años, cuando se han podido contratar unas hipotecas a plazo fijo muy bajas.
Traducción: las hipotecas variables van a subir y, como consecuencia, también van a encarecerse las hipotecas a tipo fijo.
¿Cuánto cuesta cambiar de hipoteca variable a hipoteca de tipo fijo y cómo se hace el cambio?
Hay varias maneras de hacer el cambio. Normalmente, se utilizan estas tres vías:
- Novación. Se modifican las condiciones de la hipoteca sin cambiar de entidad bancaria, pudiendo ampliar el capital o el plazo, pero hay que aceptar las condiciones del préstamo hipotecario a plazo fijo de la entidad.
- Subrogación. La hipoteca se traspasa de una entidad bancaria a otra, sin poder modificar el importe ni el plazo, pero sí las condiciones.
- Cancelación. También cabe la posibilidad de cancelar la hipoteca actual y contratar una nueva en una entidad distinta. En ese supuesto se puede ampliar el capital o el plazo.
El problema es que todo esto tiene un coste. Si solo se cambia el tipo de interés variable a fijo, hay que pagar una comisión como máximo de un 0,15% durante los tres primeros años.
Pero la entidad también puede repercutir al titular otros gastos, como la notaría, la gestoría o el registro, e incluso la tasación de la vivienda. Y si se cancela la hipoteca para constituir una nueva, también habría que pagar la comisión por cancelación anticipada.