El 29 de octubre es el Día Mundial por el Decrecimiento. Durante esta jornada se invita a los ciudadanos a reflexionar acerca de las transformaciones que experimentó la sociedad a partir crack del 29, situando la necesidad de aplicar un cambio en el estilo de vida de la humanidad en el centro del debate. En un panorama económico tan difícil como el que estamos viviendo, hay quien considera que el decrecimiento puede ser la solución para la crisis financiera de 2022. ¿En qué se basan?
El decrecimiento económico como solución a la crisis
Como ya vimos, el decrecimiento es una filosofía que aboga por la reducción de la producción de una manera controlada para conseguir el equilibrio. El objetivo es alcanzar un modelo de producción más sostenible y moderado reduciendo el procesamiento de los recursos y su consumo.
Si algo ha quedado claro en los últimos años (y especialmente en los últimos meses) es que los recursos son limitados. Y, obviamente, cuantos más gastemos, más escasez habrá. A esto se une un aumento demográfico que implica un mayor consumo de bienes y servicios que, a su vez, genera una depredación ambiental que hoy en día la tecnología no nos ayuda a mitigar.
Ante esta tesitura, los que apoyan el decrecimiento proponen dos ideas: buscar una economía con un punto de producción y consumo equilibrado o una economía decreciente para consumir menos y mejor. Y esto, obviamente, está estrechamente relacionado con todos nuestros esfuerzos para ahorrar dinero, hacer una compra más sostenible y gastar menos energía para reducir la factura de la luz.
¿Crecimiento o decrecimiento?
Frente a ellos se oponen otros economistas que esgrimen el argumento de que el crecimiento económico es necesario para cerrar brechas económicas. Además, el decrecimiento requiere un compromiso global de todos los países. Y si ni siquiera se ponen de acuerdo para reducir sus emisiones de CO2, mucho más difícil será llegar al acuerdo de frenar la producción, que muchas veces se confunde con bienestar o riqueza.
No obstante, el decrecimiento es solo un concepto más. No existe un acuerdo académico o una demostración empírica que garantice su eficicacia. Por lo tanto, la idea de que el decrecimiento económico podría ser una solución a la crisis financiera de 2022 no deja de ser un castillo en el aire.
Mientras tanto, seguimos contando con la ayuda de los préstamos baratos de Azlo para llegar a fin de mes, incluso en plena crisis. Hasta 300 euros podrán estar en tu bolsillo en los próximo 15 minutos si pides tu préstamo ahora.