Uno de los retos a los que se va a enfrentar a corto plazo la Unión Europea es el paulatino envejecimiento de la población. Por eso muchos países ya miran a Japón, un territorio en el que el envejecimiento ya empobrece a los trabajadores.
Las claves del envejecimiento de la población en Japón
El sistema actual de pensiones se diseñó con forma de triángulo. En la base se encuentran los trabajadores, que generan recursos para pagar las pensiones. Es decir, que este sistema se asienta sobre la idea de que varias personas mantienen a un pensionista. Sin embargo, el envejecimiento de la población está invirtiendo esta pirámide, de forma que el peso de mantener a los jubilados recae sobre menos trabajadores.
En otras palabras, la caída de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida conllevan que cada vez haya menos personas en edad de trabajar para pagar las pensiones. De hecho, los analistas consideran que a mediados de siglo España será el país con el mayor número de jubilados de Europa debido a la jubilación de los baby boomers.
No obstante, ahora mismo el récord lo ostenta Japón. El envejecimiento de la población este país y el proceso llamado japonización está derivando hacia una situación que España podría tener que afrontar dentro de unos años. Y tal vez sea un espejo en el que no nos queramos mirar.
¿Cómo afecta al empleo?
Aunque a simple vista las cifras del mercado laboral nipón son positivas, el número de horas de trabajo de los trabajadores ha disminuido. Cada vez hay más trabajadores a tiempo parcial con jornadas laborales más cortas, lo que ha producido un estancamiento de la productividad laboral que se mantiene desde 2010.
No obstante, son los japoneses los que eligen trabajar menos horas. El porcentaje de los empleados que trabajan a tiempo parcial porque no encuentran un trabajo a jornada completa se ha reducido del 19,2% en 2013 al 11,6% en 2019. En España esta cifra está en el 49%.
Los empleos a tiempo parcial son una opción especialmente demandada por los mayores que han decidido retrasar su edad de jubilación y las madres trabajadoras, que prefieren aprovechar las ayudas del Gobierno. En este mismo sentido, muchas amas de casa también limitan sus horas de trabajo para seguir recibiendo beneficios fiscales y prestaciones como personas dependientes.
La consecuencia directa es que los trabajadores han sufrido una paulatina disminución de sus ingresos nominales. A pesar de las tímidas subidas salariales, los ingresos de los hogares se han estancado.
Por lo tanto, esto demuestra que medidas como prolongar la vida laboral y fomentar la contratación de trabajadores sénior y de las mujeres no sirven por sí solas si no se consideran los cambios del mercado laboral. Y esto es algo que hace sonar todas las alarmas en España.