El 1 de octubre es el Día Internacional de las Personas de Edad, una jornada que pone el foco en el cambio demográfico que está experimentado la población mundial. La nueva tendencia requiere un cambio de políticas y de respuestas legales que ajusten el sistema a la realidad, puesto que el envejecimiento de la población está cambiado las reglas del juego. Y no solo a nivel social, ya que en el terreno económico es donde más retos plantea.
¿Cómo nos afecta el envejecimiento de la población?
Según un informe Retos del envejecimiento de la población creado por el Banco de España en enero de 2020, de acuerdo con las proyecciones demográficas, la ratio de población mayor de 65 años sobre población en edad de trabajar (entre 16 y 64 años) aumentará considerablemente: desde el 30% actual hasta el 50-70% en 2050.
Es estudio también indica que el "proceso de transición hacia una sociedad más envejecida alterará la evolución del ahorro agregado y de la inversión, así como la composición de las carteras de activos". Además, el envejecimiento de la población modifica la estructura de las bases fiscales y a la efectividad de la política fiscal, afectando a dos pilares básicos de la política monetaria: la caída del tipo de interés natural por el aumento de la oferta relativa de ahorro y menores presiones inflacionistas.
Por otro lado, el informe coloca el germen del deterioro del saldo de la Seguridad Social (la llamada hucha de las pensiones) en la última década en "un aumento muy significativo del gasto en pensiones contributivas, reflejo de las mayores tasas de dependencia y pensiones medias (en relación con el salario medio de la economía) y, en menor medida, de una menor tasa de empleo".
A esto hay que sumar a un aumento de la longevidad, lo que también conlleva un importante gasto en salud. Todo esto implica que llegará un momento en el que habrá más pensionistas que trabajadores en activo, generando un preocupante desequilibrio económico en el sistema.
¿Qué problemas plantea el envejecimiento de la población?
Los retos que plantea el envejecimiento de la población son diversos: económicos, sociales, psicológicos... Los más relevantes son los siguientes:
- La sostenibilidad del sistema de las pensiones.
- Dependencia familiar de las personas mayores.
- Necesidades de atención a largo plazo de los mayores.
- Aumento del gasto en salud.
- Cierto riesgo de estancamiento del crecimiento económico y del progreso técnico.
¿Qué soluciones hay?
Por desgracia, no existe una fórmula mágica para solucionar uno de los planteas más graves a los que se enfrenta la sociedad en todo el mundo. No obstante, algunas de las soluciones que se proponen son las siguientes:
- Incentivar la natalidad.
- Investigar nuevas formas de financiación para las pensiones.
- Impulsar planes de ahorro para afrontar gastos en salud.
- Fomentar la contratación de seguros voluntarios y privados de salud.
- Estudiar nuevas políticas para adaptarse al cambio de tendencia sin exprimir a la población activa.
- Promover el ahorro individual a medio y largo plazo.
- Generación de estímulos para que las empresas ofrezcan planes de pensiones complementarias.
- Crear incentivos para que las empresas mantengan a los trabajadores mayores.