Vivir en nuestra sociedad de consumo implica gastar dinero. Sin embargo, hay varios tipos de gastos, algunos necesarios... y otros no tanto. Esos gastos prescindibles son los grandes enemigos del ahorro. En ese saco podemos meter los gastos hormiga, los gastos fantasma y los gastos vampiro. Vamos a analizar estos últimos.
¿Qué son los gastos vampiro?
Los gastos vampiro son aquellos gastos fijos y recurrentes que parecen imprescindibles, pero en realidad no lo son en absoluto. ¿Por ejemplo? La suscripción a varias plataformas de streaming con contenidos similares, tener una potencia eléctrica contratada mayor a la que consumimos, un uso ineficiente de los electrodomésticos, una fuga de agua en la cañería o el abono del gimnasio al que nunca vamos.
Es normal pensar que necesitamos todas estas cosas. Sin embargo, muchas veces lo único que nos aportan es un gasto innecesario, sigiloso y silencioso que poco a poco va dinamitando nuestros esfuerzos para ahorrar dinero. Es más, este tipo de cuotas pueden llegar a consumir el 30% de nuestros ingresos mensuales.
¿En qué se diferencian los gastos vampiro de los gastos hormiga?
La principal diferencia entre gastos hormiga y gastos vampiro es que los gastos hormiga son pequeñas compras de bajo importe pero que realizamos habitualmente, socavando muy poco a poco nuestros ahorros. Por el contrario, los gastos vampiro son gastos recurrentes de mayor cantidad por servicios que no nos hacen falta.
Por lo tanto, podríamos decir que los gastos vampiro son los hermanos mayores de los gastos hormiga. También son más pasivos e inconscientes... pero igual de peligrosos.
Cómo evitarlos
Nos queda claro que los gastos vampiro suponen un derroche. Un derroche que puede convertirse en uno de esos errores que nos llevan a pedir un microcrédito. Si no quieres tener que acabar recurriendo a la financiación online para conseguir dinero rápido, puedes poner en práctica estos trucos para mantener a esos chupasangres lejos de tus ahorros:
- Revisa las instalaciones del hogar.
- Realiza las inspecciones técnicas y mantenimientos necesarios de tus electrodomésticos.
- Comprueba las facturas y analiza si el servicio se ajusta a tus necesidades. Tal vez estés pagado de más por algo que no usas.
- Prescinde de suscripciones innecesarias. Aunque al principio puede doler, a la larga lo agradeceremos.
- Ten cuidado con las tarjetas de crédito que te permiten financiar compras a plazos. Todas tienen letra pequeña (al contrario que los microcréditos de Azlo).
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