Hace algunas décadas, lo más habitual cuando una pareja se casaba en España era que la mujer dejara de trabajar y se dedicara al cuidado de los niños en casa. La familia se solía formar a una joven edad y se mantenía con el sueldo del hombre. Aunque no ha pasado tanto tiempo, esa imagen aparentemente idílica de la familia tradicional ha quedado en el pasado. De hecho, a medida que la tasa de natalidad baja, han surgido nuevos tipos de familias. Una de las que están ganando cada vez más popularidad es la que promulga la generación dink.
¿Qué es la generación dink y quiénes la forman?
Cada vez tenemos hijos más tarde. Y eso si es que los tenemos. Si echamos un vistazo a la gráfica de la evolución del mensual del número de nacimientos en España desde 2016 a 2022, es fácil detectar una tendencia claramente decreciente.
Las razones son muchas y muy variadas. Las diversas crisis, la inestabilidad económica y laboral, el complicado acceso a la vivienda, la dificultad para alcanzar una conciliación real, el retraso en la edad para tener hijos, la necesidad de tener que recurrir a los microcréditos para llegar a final de mes... Pero también hay muchas personas que directamente no quieren tener hijos. Entre ellos se encuentran los integrantes de la generación dink.
La generación dink es aquella formada por las parejas con ingresos medios o altos que no tienen hijos. La palabra "dink" procede de la expresión en inglés double income, no kids, es decir, "ingresos dobles y sin hijos". Este perfil se vincula a las parejas que han decidido no tener hijos para disfrutar de su libertad y gastar su dinero en tener una buena calidad de vida. En otras palabras, se trata de estilo de vida diferente.
El término dink se acuñó por primera vez en la década de los años 50 en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, no hay que confundir a las parejas dink con las llamadas dinky (double income, no kids yet o "ingresos dobles y sin hijos todavía"), que son aquellas que no se cierran a ser padres en un futuro.
En busca de la libertad
A cambio de renunciar a la maternidad y a la paternidad, los miembros de la generación dink pueden centrarse en sus carreras profesionales, en su desarrollo personal, en comprar casas más lujosas, en hacer viajes, en ahorrar dinero y en gastar sus ahorros en disfrutar de todo tipo de experiencias. E incluso optan por tener mascotas en lugar de descendencia biológica.
Para los dinks, la clave está en tener un mejor futuro para sí mismos, ya que consideran que cuando se tiene hijos los padres quedan relegados a un segundo plano. Este perfil de pareja representa un grupo objetivo para las entidades financieras y las grandes marcas gracias a su mayor poder adquisitivo. Por lo tanto, son especialmente atractivas para la inversión, el ahorro y el consumo masivo.