Otro trimestre ha finalizado, y ya sabemos lo que eso significa para los autónomos: declaración de impuestos trimestrales. Una de las principales es la presentación del IRPF de empresarios y profesionales en estimación directa a través del modelo 130. ¿Pero qué es el modelo 130, quién está obligado a presentarlo y para qué sirve?
¿Qué es modelo 130?
El modelo 130 es el modelo de autoliquidación del pago fraccionado del IRPF, una declaración que han de presentar todas las personas físicas que desarrollan actividades económicas mediante estimación directa, ya sea normal o simplificada. Junto con el modelo 303 del IVA, se trata de una de las principales declaraciones trimestrales de los trabajadores autónomos.
El modelo 130 es una declaración trimestral de ingresos y gastos que sirve para que los autónomos hagan pagos anticipados del 20% a cuenta de su declaración de la renta. En este sentido, opera igual que la retención de IRPF que se deduce de las nóminas de los trabadores por cuenta ajena. La diferencia es que los autónomos pagan un 20% del rendimiento de su actividad a través de este modelo.
De esta forma, al cierre del ejercicio los autónomos han ingresado cuatro anticipos con el modelo 130. Si se paga más de lo que corresponde por los ingresos reales, la declaración de la renta saldrá a devolver. Sin embargo, si el autónomo ha ganado mucho dinero, los anticipos no serán suficientes y la declaración saldrá a pagar.
¿Quién tiene que presentar el modelo 130 del IRPF?
La mayoría de los autónomos están obligados a presentar el modelo 130. La relación de obligados tributarios quedaría de la siguiente manera:
- Los empresarios dados de alta en una actividad calificada como empresarial (según los epígrafes IAE) si no tributan en el sistema de módulos.
- Los autónomos que realicen una actividad profesional. No obstante, quedarán exentos si han aplicado retenciones en más del 70% de su facturación a empresas, autónomos y entidades jurídicas con sede en España.
- Aquellos que participen en una comunidad de bienes según los ingresos que le correspondan y su porcentaje de participación de la organización.
¿Y cuándo hay que presentarlo?
El modelo 130 del IRPF se ha de presentar trimestralmente en los primeros días de enero, abril, julio y octubre de cada año de actividad. Las fechas van del día 1 al 20 en todos los meses, excepto en enero, puesto que el plazo abarca del 1 al 30 de enero.
Sin embargo, han de tratarse de días hábiles. Si el último día del periodo es festivo, se aplaza el final hasta el siguiente día hábil, pero es recomendable no apurar al máximo. Además, si queremos entregar la declaración de forma telemática a través de la Sede Electrónica de la Agencia Tributaria, los plazos son más ajustados.
¿Cómo se rellena el modelo 130 del IRPF?
El modelo 130 se rellena desde la mencionada sede electrónica de la AEAT. El documento consta de tres partes principales: información del declarante, devengo o ejercicio y liquidación.
El apartado de la liquidación es donde debemos declarar el impuesto a pagar. Se compone por tres secciones. La mayoría de los autónomos indica sus ingresos y gastos del trimestre en la primera de las secciones. La segunda está reservada a las actividades agrícolas, ganaderas, forestales o pesqueras. Por último, en el tercer apartado se calcula el importe total de la declaración, es decir, la cantidad a pagar.
A grandes rasgos, el modelo 130 se rellena restando los gastos de los ingresos y aplicando el 20%. Además, también se debe indicar la suma de las retenciones aplicadas a las facturas.
En realidad, el modelo 130 es bastante sencillo de rellenar con un poco de práctica y llevando una contabilidad diligente, pero no deja de ser otro palo más en el camino para los trabajadores autónomos, especialmente para los trabajadores profesionales y las pequeñas empresas. Pero, claro, como ya vimos, es necesario pagar impuestos para vivir en sociedad, y de algún lado hay que sacar el dinero.