Ha costado, pero, poco a poco, los bancos tradicionales han ido modernizándose y transformándose en entidades más acordes con las necesidades de sus clientes. No obstante, las entidades bancarias siguen siendo negocios que buscan obtener la máxima rentabilidad posible. En su búsqueda de nuevos modelos de negocio y nichos de mercado por explotar se han encontrado con la banca abierta u open banking. ¿Pero qué es eso de la banca abierta y cómo funciona?
Banca abierta: Concepto y características de este proceso de digitalización bancaria
La banca abierta es un modelo de negocio relativamente nuevo que permite a los bancos intercambiar la información financiera de sus clientes con otras empresas. No obstante, es necesario que el consentimiento expreso del cliente. Es decir, que el cliente tiene que haber dado su permiso de forma clara.
¿Y esto para qué sirve? La finalidad que cumple la banca abierta es doble. Por un lado, las empresas utilizan las plataformas digitales abiertas para ofrecer productos y servicios adaptados a los gustos y necesidades de los clientes. A su vez, los clientes reciben ofertas personalizadas.
El open banking asienta sus raíces sobre directiva europea PSD2 o Directiva de Servicios de Pago Revisada. Esta norma afirma que la información bancaria no pertenece al banco, sino al cliente. Así, los bancos quedan obligados a permitir el acceso a dichos datos a terceras empresas siempre que el cliente lo autorice.
¿Cuáles son las ventajas del open banking?
Las ventajas de la banca abierta son múltiples para todos los implicados. En primer lugar, las empresas pueden llegar de manera directa (y legal) a clientes potenciales realmente interesados en lo que ofrecen.
Y esto ha permitido que surjan nuevos productos altamente personalizados, como los mini préstamos online. A través de los microcréditos, las fintech ocupan nichos poco explotados y segmentos de clientes poco interesantes para los bancos tradicionales. El resultado es un nuevo tipo de financiación online basada en los préstamos rápidos personalizados y adaptados a las necesidades de cada persona.
Por su parte, los clientes tienen un mayor control sobre sus datos (porque ellos mismos deciden con quién los comparten) y consiguen acceso a productos diseñados a medida para ellos. Además, la gestión de sus finanzas es más fácil, puesto que tienen la posibilidad de administrar sus cuentas, tarjetas y productos bancarios de diferentes entidades en una única aplicación.
Por último, los bancos cumplen un papel como intermediarios. Y esto les permite diversificar su negocio para conseguir ingresos extra al margen de sus servicios financieros.
La principal desventaja de todo este sistema son las posibles brechas de seguridad. Y por eso la banca abierta no ha llegado a implantarse del todo, ya que a la mayoría de las personas les causa incomodidad exponer todas sus cuentas bancarias, tarjetas, inversiones y otros productos bancarios. No obstante, ya se están implantando nuevas medidas de seguridad, como la verificación en dos pasos.