Rusia ha entrado en suspensión de pagos por primera vez en 100 años tras finalizar el periodo de gracia para abonar los casi 100 millones de dólares en concreto de intereses de su deuda soberana. ¿Qué significa esto y qué consecuencias tiene para la economía mundial?
Rusia entra en suspensión de pagos por primera vez en 100 años
Rusia ha entrado en suspensión de pagos por primera vez desde 1918. El default se ha producido tras el fin del plazo de gracia para el abono de casi 100 millones de dólares en concepto de deuda soberana. El periodo de 30 días de gracia para que los acreedores recibieran el pago finalizó el pasado domingo.
Según informa la agencia Bloomberg, esta situación se considera suspensión de pagos y se trata de una consecuencia de la "culminación de las sanciones occidentales cada vez más severas que han bloqueado las vías de pago a los acreedores extranjeros". La agencia califica este default como un "signo sombrío de la rápida conversión del país en un paria económico, financiero y político".
En este sentido, el 22 de junio Vladímir Putin firmó un decreto para permitir los pagos en rublos de las obligaciones rusas frente a tenedores extranjeros de eurobonos del Estado ruso. De hecho, Rusia asegura que ha realizado dichos pagos. Sin embargo, las agencias financieras advirtieron de que el abono de la deuda en rublos podría suponer un incumplimiento que derivaría en una suspensión de pagos.
¿Qué consecuencias tiene esta situación para la economía mundial?
A pesar de la gravedad de la situación, es probable que las consecuencias de la crisis de deuda rusa sean menos dramáticas de lo esperado. Para empezar, la deuda pública de Rusia es bastante pequeña en comparación con la de otros países debido a las sanciones impuestas al país desde que invadió Crimea en 2014. Obviamente, esto ha espantado a muchos inversores en potencia.
Además, los bancos de los países más expuestos están preparados para enfrentarse a la situación. También hay que tener en cuenta que la economía está bastante aislada de los mercados internacionales de capitales, una situación que se ha intensificado tras la expulsión de Rusia del sistema SWIFT.
No obstante, el impago podría tener consecuencias económicas en todo el mundo, sobre todo si las empresas rusas acaban siendo absorbidas. Al final, los inversores no tendrían más remedio que asumir las pérdidas hasta que termine la guerra. Aun así, gran parte del daño ya estaba hecho: el desplome de los activos rusos en los últimos meses.
Sea como sea, no parece muy probable que el default empeore demasiado las cosas para la economía rusa, puesto que ya está sumida en una gran crisis. Es más, Bloomberg también puntualiza que esta situación de suspensión de pagos apenas va a tener efecto en la vida cotidiana de los ciudadanos rusos. Para ellos será una situación con un "carácter más bien simbólico".