La semana pasada, Vladímir Putin anunció que Rusia tiene intención de exigir el pago en rublos por las compras de gas a todos los "países hostiles". ¿Qué implica esta medida y cuáles son estos países hostiles?
¿Por qué Rusia quiere exigir el pago del gas en rublos?
Putin quiere que los "países hostiles" paguen con rublos el gas ruso. Según sus declaraciones, estos países hostiles son todos aquellos que han impuesto sanciones contra Rusia. Entre estos países se encuentran los miembros de la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido.
Las razones parecen bastante evidentes. Y es que esta guerra se está librando en diversos frentes, que abarcan las redes y los mercados.
Sin embargo, la decisión de Putin es un arma de doble filo. Su maniobra pretende detener la caída en picado del rublo y, al mismo tiempo, que esta divisa se utilice de forma habitual para la compra de una materia prima tan esencial como el gas. Ahora bien, la medida podría disminuir la entrada de divisas en la economía rusa que llegan a través de exportaciones de materias primas (petróleo, gas o cereales, entre otras).
Cambios inciertos en el mercado
¿Pero por qué es tan relevante esta estrategia? Lo más habitual es que las materias primas se intercambien en los mercados utilizando el dólar. Es más, casi todas las transacciones comerciales se realizan en dólares, lo que ha otorgado cierta ventaja a los Estados Unidos para imponer políticas monetarias sin provocar una excesiva inflación en su propia economía. Pero ahora el reinado del dólar comienza a tambalearse.
Por otro lado, Putin ha aprovechado la coyuntura para potenciar el rublo y depender menos de otras que podrían correr el riesgo de sufrir un "corralito" (incluyendo el euro o la libra). Después de anunciar la decisión, el rublo subió con fuerza frente al dólar. Asimismo, el precio del petróleo ha vuelto a vuelto a despuntar hasta tal punto que está cerca de entrar en fase de destrucción de demanda.
Sin embargo, Putin ha asegurado que continuará suministrando gas según lo pactado, respetando cantidades y precios establecidos en los contratos. Por lo tanto, los cambios afectarían solo a la moneda de pago. Pero aún quedan muchas piezas por jugar en esta terrible partida.