Durante las últimas semanas todos los hemos hechos expertos en virus, pandemias, distanciamiento social y nueva normalidad. Pero cuando creemos que ya nos hemos aprendido todas las fases de la desescalada y dominamos todos los términos, sale uno nuevo y nos rompe los esquemas. ¿Qué son los créditos blandos que el Gobierno ofrece a los profesionales de la cultura, aerolíneas, pymes y otras empresas? Te lo contamos en AZLO.
Definición de crédito blando
En pocas palabras, un crédito blando es un tipo de crédito concedido en condiciones muy favorables para el prestatario. Pero profundicemos un poco más. Estas condiciones son más beneficiosas de las que se pueden encontrar en los créditos habituales del mercado financiero, y pueden aplicarse a dos ámbitos del préstamo:
- Plazos de devolución amplios. El prestatario cuenta con más tiempo para devolver el préstamo, de forma que el préstamo se adapta a su situación especial.
- Tipos de interés bajos. Los intereses de los créditos blandos son inferiores a los intereses del resto de créditos, lo que se traduce en un coste menor para el prestatario.
Dependiendo del producto financiero de que se trate, los créditos blandos pueden gozar de uno de estos beneficios o de ambos. Además, se pueden establecer otras ventajas adicionales extraordinarias menos habituales.
Características de los créditos blandos
Como ya vimos, un crédito es un contrato financiero que se realiza entre una entidad crediticia y un cliente. En virtud de este contrato, la empresa pone a disposición del cliente una cantidad determinada de dinero a través de una línea de crédito durante un periodo de tiempo establecido. Los créditos blandos son similares, pero con una serie de peculiaridades:
- Sus condiciones de financiación son muy ventajosas, ya sea en cuanto a tipos de interés o plazos de devolución.
- La concesión de los créditos blandos suele motivarse por una finalidad de carácter social. De hecho, algunos economistas advierten de que en algunos casos pueden ser subvenciones encubiertas.
- La finalidad de los créditos blandos no es la rentabilidad, sino ofrecer ayudas a ciertos agentes sociales en situaciones excepcionales.
- Como regla general, el prestamista es una entidad financiera de carácter público, ya que estos créditos no buscan obtener un beneficio económico, sino un fin social.
- No requieren aval, nómina u otra fuente de ingresos.
¿Quién concede los créditos blandos?
Obviamente, la finalidad de las entidades financieras privadas es obtener un beneficio a cambio de sus servicios. Sin embargo, como la rentabilidad económica no es el propósito de los créditos blandos, lo habitual es que el prestamista sea una entidad financiera o institución pública.
Es decir, es el Estado el que suele ofrecer de forma directa este tipo de préstamos con condiciones tan favorables, procediendo el dinero de fondos gubernamentales. No obstante, en ciertas ocasiones los créditos blandos pueden ser concedidos de forma indirecta a través de entidades financieras privadas.
¿Por qué se ofrecen estos créditos?
Este tipo de préstamos financiados por el Gobierno se suelen conceder por causas excepcionales y normalmente tienen como objetivo facilitar mejoras a nivel social. De esta forma, se intenta favorecer a personas desfavorecidas o con dificultades económicas, emprendedores o ancianos.
Créditos blandos y coronavirus
Este tipo de créditos no son nuevos, pero se han hecho especialmente famosos durante la crisis del coronavirus. A finales de marzo, el Gobierno Vasco aprobó un programa de liquidez urgente para ayudar a pymes y autónomos para afrontar las pérdidas catastróficas y la avalancha de despidos que se cierne sobre los españoles tras la pandemia. Estos préstamos fueron bautizados como COVID-19 y se ofrecían con un coste del euribor a un año más un 0%, lo que significa que prácticamente son gratuitos. Estos contratos serán a un plazo de cinco años, con uno de carencia o aplazamiento. Estos créditos volaron en tan solo unos días, claro.
En los últimos días los créditos blandos han vuelto a las noticias, ya que entran dentro del plan del Gobierno para ayudar a los profesionales de la cultura. De esta forma, la entidad Crea SGR avalará créditos por valor de 800 millones de euros destinados al sector de la cultura a través de una inversión estatal de 20 millones. El importe de estos créditos será de entre 20.000 y 100.000 euros para cada solicitante. El aval del Estado asegura una rebaja, ya que tendrán intereses del 1,5%. Se trata de una ventaja nada desdeñable, teniendo en cuenta que la financiación de las pymes culturales tiene un tipo del 3,75% en el mercado habitual.
Si es la solución ideal o solo un parche al problemón que tenemos sobre nosotros, el tiempo lo dirá. Mientras tanto, si necesitas una pequeña ayuda para llegar a final de mes o un respiro económico en forma de préstamo rápido, en AZLO estamos para ayudarte, hoy y siempre.