Suele decirse que Hacienda somos todos, pero lo cierto es que a algunos les toca serlo más que a otros. La circulación de dinero negro es un importante problema que traspasa las fronteras nacionales y que deriva en la preocupante evasión de impuestos. Las amnistías fiscales componen uno de los instrumentos que tiene el Gobierno para luchar contra estos fraudes. Pero esta técnica no está exenta de claroscuros.
¿En qué consiste una amnistía fiscal?
La amnistía fiscal es una condonación generalizada de obligaciones tributarias y de fraude fiscal que se concede a cambio de un pequeño porcentaje del capital declarado. De esta forma, el Gobierno puede regularizar activos que están fuera del alcance de la Administración pública, así como las rentas y los bienes que proceden de la economía sumergida.
Es decir, que el Gobierno ofrece a ciertos contribuyentes pagar una cantidad determinada (generalmente, un 10%) para perdonar su deuda tributaria (incluyendo intereses y sanciones) de un ejercicio anterior. Así, se les impone un gravamen especial, pero no se les multa ni se les persigue penalmente.
¿Pero cuál es la finalidad de esta fórmula? El motivo es tan simple como que el Estado necesita el dinero para funcionar, y las arcas públicas están bastante saqueadas (tal y como nos demuestra el problema de la hucha de las pensiones). Por lo tanto, así se intenta convencer a los defraudadores para que paguen, pero viene a ser una especie de manzana envenenada. Y es que lo más habitual es que se impongan penas más severas a los que, pudiendo acogerse a una amnistía fiscal, no lo hicieron.
Por lo tanto, las amnistías fiscales sirven para que surja el dinero negro de la economía sumergida. A través de estas regulaciones, este dinero queda integrado en el sistema económico legal y el Estado recibe ingresos para las cuentas públicas. No obstante, también representan la incapacidad de un Gobierno para cazar a los defraudadores.
Ventajas e inconvenientes de las amnistías fiscales
La aplicación de las amnistías fiscales tiene su lado positivo y su lado no tan bueno. Entre las ventajas destacan las siguientes:
- Surgen activos que hasta el momento no estaban controlados por ningún organismo público.
- Ayuda a reducir el déficit público a través de la tasa de regularización.
- Se recupera dinero que estaba fuera del país.
Sin embargo, esta técnica también presenta numerosas desventajas. Los principales inconvenientes son:
- Genera controversia, ya que las amnistías fiscales pueden resultar inmorales, injustas y disuasorias de las obligaciones fiscales para los contribuyentes que las cumplen.
- Presenta dudas en cuanto a la eficacia de la lucha contra el fraude fiscal.
- Se reduce la recaudación para las arcas públicas, ya que se obtiene menos dinero del que se obtendría por el pago regular de impuestos o por las sanciones correspondientes.