Los avances tecnológicos no se detienen por nadie y por nada. El futuro ya está aquí y, si bien no nos traído coches voladores o ropa que se plancha sola, nos ofrece las criptomonedas, el criptoarte y los tokens no fungibles o NFT. ¿Pero qué son los NFT y por qué están revolucionando a los coleccionistas de arte de todo el mundo?
¿Qué son los tokens no fungibles?
Los tokens no fungibles, también conocidos NFT por sus siglas en inglés (non-fungible token) son unidades de datos almacenadas en bases digitales (los blockchains) que certifican que un activo digital es único y, por lo tanto, no intercambiable. Es decir, los NFT se pueden utilizar para representar todo tipo de archivos digitales, como fotos, vídeos, GIF, selfis, audio e incluso tweets y otras publicaciones online.
En otras palabras, un artista crea una obra digital con códigos que la hacen única y la pone a la venta a través de plataformas online. Los potenciales compradores hacen sus ofertas en criptomonedas, que habitualmente es el ether (similar al bitcóin).
Lo curioso es que la copia del fichero original no está limitada únicamente al comprador del NFT. El propietario tiene una prueba de propiedad distinta de los derechos de autor, pero las copias digitales están disponibles para cualquiera que las desee obtener.
Los NFT y el criptoarte
Según el diccionario de la RAE, algo fungible es una cosa que se consume con el uso. En el caso de los NFT ocurre justo lo contrario.
Esta idea ha revolucionado el mercado de las criptomonedas y a los coleccionistas de arte de todo el mundo. Y es que las ventas de NFT se dispararon en 2020, llegando a superar los 250 millones de dólares. Y, de momento, esta tendencia no muestra signos de desaceleración.
En los últimos meses, los NFT se han convertido en una propiedad especialmente popular entre los fanáticos del arte y los deportes que buscan crear colecciones digitales. De esta forma, los tokens no fungibles han proporcionado a los artistas nuevos mecanismos de financiación para su trabajo.
En este sentido, un artista llamado Beeple ganó 3,5 millones de dólares con la venta de tan solo 20 piezas en diciembre. Por supuesto, la casa de subastas Christie's no ha tardado en subirse al carro, y hace dos meses subastó por primera vez en su historia una obra digital autentificada por una cadena de bloques.
Un prometedor negocio digital
La subasta se realizó el 11 de marzo y se ofrecía un collage de 5.000 imágenes realizado por el mencionado artista y titulado Everydays: The First 5000 Days (Todos los días: Los primeros 5.000 días). El precio de salida fue de 100 dólares, pero esta obra digital se vendió por más de de 57 millones de euros. Se trata de la tercera venta más cara de la historia de Christie's, por detrás de dos creaciones de Jeff Koons y David Hockney.
No es la única propuesta del estilo. La BBC ha lanzado un juego de cartas digitales de la serie Doctor Who, mientras que Paris Hilton hizo un dibujo de su gato Munchkin y lo vendió como NFT por unos 14.000 que donó a varias ONG. También Nike ha permitido que algunos diseñadores coloquen un código de seguridad en algunos modelos de zapatillas. Y un vídeo de Lebron James (jugador de los Lakers) se vendió por más de 164.000 euros. Por su parte, el artista Mag Dog Jones vendió unas animaciones de Tokio por unos 3,2 millones de euros en unos minutos.
Paris Hilton ganó miles de dólares al subastar el dibujo que hizo de su gato y yo no consigo que mis ilustraciones lleguen ni a 10 RTs... 🥺 pic.twitter.com/f1yfEdouHq
— 𝕊𝕠𝕗í𝕒 Nortes🌙 (@sofiartdrawings) March 11, 2021
Pero, tal y como ocurrió con el caso GameStop y Reddit, las cosas se están saliendo un poco de madre. Algunos ya llegan a pujar cientos de dólares por tweets de Elon Musk o Mark Cuban. Y desde aquí, ¿a dónde iremos?
El debate en torno a los tokens no fungibles
Christie's considera que estamos ante la próxima tendencia disruptiva del mercado del arte. Hay quien compara el criptoarte y los NFT con el arte arte callejero, que primero fue desprestigiado y luego se convirtió en un valorado objeto de coleccionista al no poder intercambiarse.
No cabe duda de que el arte siempre busca la representación de la realidad a través de diferentes métodos. Por eso este nuevo interés por la tecnología no debería sorprendernos. ¿Pero este movimiento artístico intangible ha llegado para quedarse?
Un aspecto preocupante de los NFT es el sistema de garantías, pero también se debate acerca de su autenticidad y otras cuestiones éticas. Por ejemplo, el artista Pets Supply ha vendido una serie de obras no fungibles inspiradas en el trabajo de Banksy por más de 740.000 euros. Pero el elemento que caracteriza la obra de Banksy es su exposición al aire libre para que nadie tenga que pagar por verlo. Ahora su arte se expone en instituciones sin su consentimiento, se copia y se revende como original firmado por otro autor. De esta forma, se puede llegar a cuestionar que una persona sea el autor único de una obra.
Pero hay otro inconveniente el juego. Y es que algunos artistas señalan que la nueva tendencia criptográfica de moda no es una buena noticia para el medioambiente. De hecho, uno de ellos calculó que el lanzamiento de una obra de criptoarte generó más emisiones de carbono de las que emitió todo su estudio en 18 meses. Quién sabe, tal vez tengamos que volver a las clásicas colecciones de cromos y dedicarnos a cosas más tangibles.