Hoy en día, la pregunta de si algo es muy caro solo tiene una respuesta: sí. Con un panorama de precios disparados y una inflación que nos ahoga cada día un poco más, plantearse cualquier gasto se hace un poco cuesta arriba. Sin embargo, vivir solo ahora mismo es prácticamente imposible.
¿Cuánto cuesta vivir solo?
No importa cuántas vueltas les demos a los números. Lo miremos por donde lo miremos, las cuentas no salen. La inflación marca cifras de récord todos los meses, los precios no dejan de subir y subir (y van a continuar subiendo), los alimentos son cada día más caros, la gasolina se está convirtiendo en un lujo, el mercado inmobiliario está intocable y el precio de la luz ha dejado de asustarnos para convertirse en un fantasma constante al que preferimos no mirar.
Obviamente, el poder adquisitivo de los hogares españoles ha bajado considerablemente, pero la cosa está aún peor para aquellos que viven solos. Según el informe sobre Políticas de vivienda y su incidencia en el largo plazo elaborado por la consultora EY en colaboración con la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (ASPRIMA), un trabajador medio dedica el 67% de sus ingresos al alquiler de la vivienda, mientras que hace 23 años era el 28%.
Esto significa que los españoles invierten en el alquiler de su vivienda una media de 571 euros más de lo que deberían para cumplir con los parámetros aconsejables de la tasa de esfuerzo, que es del 35%. El problema es aún peor para los jubilados, pues han pasado del 46% al 103% de media, lo que implica que pagan 784 euros de más.
En otras palabras, la tasa de esfuerzo de hace 20 años para pagar el alquiler se encontraba en los parámetros recomendables (entre el 28% y el 35%). Sin embargo, el pago del alquiler hoy en día requiere dos salarios para que la tasa de esfuerzo se quede por debajo del máximo recomendado.
¿Cómo hemos llegado a esto?
Según el informe, las razones detrás de este atraco a los bolsillos de los españoles están en la desaparición de estímulos fiscales que faciliten el acceso a la vivienda en propiedad y la disminución de la capacidad de ahorro. Un problema que se está agravando aún más con la crisis que estamos experimentando estos días.
Además, el informe también apunta como culpables a los tipos incrementados del IBI y la fijación de precios en las viviendas nuevas, una circunstancia que está lastrando la oferta y que está a punto de convertirse en sistemática. Aunque los precios del alquiler y de la vivienda de segunda mano están lejos de librarse de la sangría.
¿Qué es la tasa de esfuerzo?
La tasa de esfuerzo es una medida que indica la cantidad media de años que una familia tardará en pagar su vivienda si destinara toda su renta o sueldo íntegro al pago. Como esto es una situación utópica, los economistas fijan un máximo recomendado del 35%.