Seguro que a ti también te pasa. Vas al supermercado a hacer la compra y acabas llenando la cesta de cosas que no necesitas. Y peor aún: de cosas que se van a estropear antes de que nos las podamos comer. Y eso por no empezar a hablar de los envases y los plásticos que nos traemos a casa con cada compra. Resulta alarmante: cada año se desperdicia entre un cuarto y un tercio de los alimentos que se producen. Sin embargo, hacer una compra más sostenible es posible con estos consejos. Nuestro bolsillo nos lo agradecerá, pero también el medioambiente.
1. Come menos con los ojos y más con el corazón
Ya hemos hablado en alguna ocasión del mercado de las frutas feas. Cuando escogemos la fruta y la verdura por piezas, solemos comprar las más bonitas. Esto hace que los agricultores desechen directamente las piezas deformadas. Algunas páginas web ofrecen cajas de frutas y verduras feas a precios muy asequibles, pero también las podemos encontrar a precios rebajados en algunos supermercados. Quizá no sean tan bonitas como las otras, pero están igual de ricas.
2. Evita las compras compulsivas
Como consumidores, debemos concienciarnos de que solo debemos comprar lo que vamos a gastar. Por otro lado, como ya recomendamos el Día Mundial del Ahorro, es mejor evitar ir a hacer la compra con hambre para no caer en tentaciones innecesarias. Lo más recomendable es llevar una lista de la compra y ceñirnos a ella. Y si podemos preparar la lista conforme a un menú semanal que hemos preparado con antelación, mejor que mejor.
3. Compra productos con etiquetas de consumo rápido
Muchos supermercados llevan tiempo utilizando las etiquetas de consumo rápido. Se ponen en alimentos frescos cuya fecha de consumo recomendado se acerca. Para evitar desperdiciarlos, las tiendas los ofrecen con jugosos descuentos. Así se evita el despilfarro innecesario de alimentos, ayudamos al medioambiente y además nos ahorramos unos céntimos. Es decir, que cumpliremos todos los criterios de la compra sostenible y responsable.
4. Reduce tu huella de carbono
Cuando llegamos a casa después de hacer la compra, nos liamos a tirar plásticos, cartones y todo tipo de envases. Es una locura. La invasión de plásticos y microplásticos es uno de los grandes males del siglo XXI. Algunas marcas ya han empezado a sustituir sus envases de plástico por otros de cartón o material reciclado. Además, en algunos supermercados podemos llevar nuestras propias bolsas reutilizables e incluso nuestros tuppers.
Otras cosas que podemos hacer para reducir nuestra huella de carbono es preparar menús semanales siguiendo una dieta sana y equilibrada, calcular bien las cantidades a la hora de cocinar y hacer una compra sostenible. Además, debemos procurar conservar adecuadamente los alimentos según las indicaciones del fabricante, apostar por los productos de temporada, organizar bien la nevera y mantenerla limpia.
5. Apuesta por los productos locales
Muchas veces nos parece mucho más exótica una fruta de un país extranjero que una cultivada en nuestro país. Sin embargo, la riqueza de los productos locales de España es extraordinaria. Optar por ellos es fundamental para la sostenibilidad de la economía, la cultura y el paisaje de nuestro entorno.
6. ¡No desperdicies las sobras!
¿Has cocinado de más? ¡Estupendo, ya tienes la cena hecha! Además, podemos reciclar nuestras sobras para hacer otros platos, como se ha hecho toda la vida con el pollo y las croquetas o los garbanzos fritos, por ejemplo.
7. Colaboración por parte de los supermercados
Hay muchas tiendas que ya se han apuntado al reto de contribuir al desperdicio cero. Por ejemplo, en algunos supermercados se han habilitado contenedores específicos para reciclar las contaminantes cápsulas de café. Asimismo, otros han eliminado los tiques de papel y los han sustituido por tiques digitales que podemos consultar a través de una app. De esta forma, no solo beneficiamos al medioambiente, sino que no volveremos a perder más tiques y justificantes de compra.
Pero son necesarias muchas más iniciativas y acabar con promociones contraproducentes, como las ofertas tipo dos por tres. Si nos dejamos llevar, seguramente compraremos más de lo que realmente necesitamos y muchas veces acabamos tirando lo que nos sobra. Además, los contratos de mínimos con los agricultores provocan que se siembre más de lo necesario para compensar posibles pérdidas, pero muchas veces se acaba tirando el excedente.
8. Permitir las donaciones
La primera vez que pisamos de adultos un comedor escolar asustan las cantidades ingentes de comida que se tiran. Lo mismo ocurre en los restaurantes. Y es que las leyes de muchos países prohíben que se donen las sobras, porque son alimentos que ya han sido expuestos. Cambiar estas reglas para que se aprovechen estos platos ayudaría a evitar el despilfarro de comida y a aliviar la presión en los bancos de alimentos, que tan mal lo están pasando a causa de la crisis del coronavirus.
¿Y tú? ¿Conoces más trucos para hacer una compra sostenible? ¡Cuéntanoslo en nuestras redes sociales!