Con todo el dolor de nuestro corazón, se acaban las vacaciones y vuelve la rutina. O al menos toda la rutina que esta nueva normalidad nos permita. Ahora llega el momento de cuidarnos más y pensar en nuestra alimentación para resarcirnos de los excesos de este verano tan atípico. ¿Pero cómo podemos comer bien, rico y sano sin pasarnos horas y horas en la cocina? Las verduras congeladas son una excelente opción para ahorrarnos tiempo a la hora de preparar nuestra dieta equilibrada. Son igual de sanas que las frescas y presentan muchas ventajas. ¿Pero cuáles son sus principales características?
Las verduras congeladas: Una opción sana y práctica
Las verduras son unos de los alimentos más abundantes en una dieta sana y equilibrada. Pero nuestro frenético ritmo de vida no siempre nos permite pelarlas, trocearlas y cocinarlas. Una de las soluciones más prácticas es recurrir a las verduras congeladas.
Contrariamente a lo que se suele creer, las verduras congeladas tienen las mismas propiedades que las frescas. El proceso de congelación permite mantener intactas sus propiedades, así como su textura y su sabor. A continuación, desmentimos algunos de los falsos mitos clásicos acerca de la verdura congelada.
1. Son prácticamente iguales que las verduras frescas
Las verduras congeladas que compramos el en supermercado son verduras frescas congeladas que han sido recolectadas en su momento óptimo y congeladas inmediatamente después. Además, son igual de sanas que las frescas y tienen las mismas propiedades, vitaminas y minerales. ¡Y están igual de ricas! Por otro lado, su origen, calidad y seguridad alimentaria se somete a los certificados de calidad oficiales, por lo que podemos comerlas con toda tranquilidad.
2. Nos permiten comer todo tipo de verdura durante todo el año
Los expertos en nutrición siempre recomiendan la alimentación a base de productos frescos de temporada, puesto que están en su mejor momento de precio y consumo. Las verduras congeladas son una opción económica que nos permite comer todo tipo de verdura en cualquier momento del año.
3. No tienen conservantes y tampoco aditivos o colorantes
El único «conservante» de estos alimentos es el frío. De esta forma, se mantienen intactas, igual que si estuvieran recién cosechadas.
4. Cocinarlas es muy rápido y fácil
Las verduras congeladas vienen cortadas y preparadas para su cocinado. Solo tenemos que sacarlas del congelador y cocinarlas directamente siguiendo las indicaciones del fabricante. El proceso es cómodo, rápido y práctico.
5. Son la opción perfecta para luchar contra el desperdicio alimentario
Uno de los grandes males del siglo XXI es el desperdicio alimentario. Las verduras congeladas son una alternativa para evitarlo, pues podemos preparar solo las raciones correspondientes y guardar el resto en el congelador. Asimismo, también podemos comprar verduras frescas y congelarlas en casa antes de que se estropeen. Pero siempre es más recomendable comprarlas directamente congeladas, puesto que los congeladores industriales son más rápidos, de forma que se pierden menos propiedades nutricionales.