Las mascarillas y los guantes nos protegen del coronavirus, pero ya son un terrible peligro para el medioambiente. Era de esperar, los seres humanos somos así: le damos un respiro momentáneo a la naturaleza y al instante siguiente atacamos por partida doble.
El uso masivo de estos productos está contaminando gravemente el planeta, poniendo en peligro la flora y la fauna. Todos hemos visto esas imágenes de tortugas marinas flotando entre bolsas y residuos plásticos. Ahora el problema está empezando a ser mucho mayor. ¿Qué podemos hacer para minimizar el daño? Veamos cómo nos tenemos que deshacer de las mascarillas y los guantes. Alerta de spoiler: no hay que tirarlos al suelo.
El lado oscuro de las mascarillas y los guantes
Con las medidas de confinamiento y millones de personas recluidas en sus casas, el planeta respiró aliviado algunos días. La contaminación se redujo hasta niveles sorprendentes y la vida salvaje volvía a reclamar lo que es suyo. Fue bonito mientras duró.
Con la nueva normalidad hemos vuelto a tomar las calles y los niveles de CO2 se están volviendo a disparar. Pero ese no es el único peligro para el medioambiente. Los guantes, las mascarillas y otros productos sanitarios están siendo un gran aliado en la lucha contra el coronavirus. Ahora se han transformado en residuos y han llegado al medio natural, donde suponen una grave amenaza.
Ya a mediados de marzo, miembros de Ocean Asia encontraron miles de mascarillas tiradas en las playas del archipiélago de Soko (situado entre Hong Kong y Lantau). Por desgracia, es una imagen que se está repitiendo en todo el planeta.
¿Dónde debemos tirar las mascarillas y los guantes desechables?
La elevada composición plástica de estos productos hace que sean difícilmente degradables y altamente contaminantes, y su permanencia en la naturaleza se prolonga durante décadas. Mientras tanto, liberan sustancias tóxicas que llegan a los ríos, a los mares y a los estómagos de muchos animales incautos.
SEO/BirdLife ha unido sus fuerzas con Ecoembes para impulsar el Proyecto Libera. El objetivo de la campaña es sensibilizar a la sociedad para evitar que esta nueva "basuraleza" acabe tirada y abandonada en la calle, parques o espacios verdes.
Atención, porque esto es muy importante. "Los guantes y mascarillas, a pesar de estar hechos en su mayoría con polímeros derivados del petróleo, como nitrilo o neopreno, deben ir al contenedor de basura habitual, el de rechazo o resto, y nunca al amarillo, destinado a envases de plástico, briks y latas", advierte Sara Güemes, coordinadora del Proyecto Libera en Ecoembes.
Repetimos: los guantes, las mascarillas y otro material sanitario de protección deben echarse siempre al contenedor gris. Lo mismo que ocurre con la basura generada en una casa donde hay algún infectado. Y, por supuesto, nunca debemos arrojarlos a la calle ni a la naturaleza, una imagen que lamentablemente se está repitiendo desde que comenzó la desescalada.
Miguel Muñoz, coordinador del proyecto en SEO/BirdLife, cree que muchas personas, "movidas por el pánico", no se llevan a casa la mascarilla o los guantes una vez utilizados. "Cuando consideran que ha terminado su usabilidad, los tiran y arrojan en cualquier sitio». Obviamente, esto nunca debe hacerse.
Por eso, el conocimiento científico es también fundamental "para que la gente tenga la información del impacto de sus acciones, más allá del daño estético, y que sepa que un acto que parece inocuo conlleva un importante daño ambiental". Aunque "la solución final está en erradicar este modelo de consumo insensato e insostenible", asegura.
La lucha conjunta contra la basuraleza y el coronavirus
Muñoz indica que "la prioridad absoluta es parar al virus" y que las vías para luchar contra estos residuos "está supeditada a lo que dictaminen las autoridades sanitarias". Además, es importante "utilizar el sentido común para que la protección del virus esté acompasada con el cuidado al medioambiente». Las organizaciones ecologistas (como Greenpeace) coinciden en afirmar que la salud de las personas está por encima de todo, pero lamentan que la lucha contra el coronavirus no vaya a traer cambios ni un planeta más verde, aprovechando la coyuntura.
También recuerda Muñoz que antes de la pandemia "ya generábamos plásticos de un solo uso en un modelo insostenible». Pero las mascarillas y guantes agravan esta preocupante situación, y suponen un retroceso en el mensaje sobre los peligros del abandono del plástico.
"El problema de la basuraleza, de los plásticos en la naturaleza, no es la enfermedad, sino los síntomas de la enfermedad. La enfermedad es un modelo de producción y consumo de forma lineal que no es sostenible con los recursos naturales que tenemos, un modelo cuyo objetivo es producir, consumir y tirar y sobre el que ya veníamos alertando", señala Miguel Muñoz.
Mascarillas reciclables y reutilizables
La mayoría de las mascarillas disponibles en el mercado son de un solo uso o tienen una duración muy limitada. La OMS y el Ministerio de Sanidad recomiendan cambiarlas en cuanto estén húmedas, sucias o deterioradas, y no reutilizarlas si no lo indica el fabricante. Todas deben reemplazarse con frecuencia por obvios motivos sanitarios.
Con el fin de minimizar el problema, el CSIC está estudiando la producción de mascarillas con otros polímeros que no sean plásticos y sí biodegradables. Además, también se están comercializando mascarillas de tela con certificado FFP2. Estas mascarillas se pueden lavar hasta 25 veces a 60 ºC sin que pierdan su protección. Y, si somos un poco manitas, incluso podemos comprar tela nosotros mismos y fabricar mascarillas caseras siguiendo los pasos de la norma UNE.
Lo curioso es que el estado de alarma se decretó en España solo ocho días después de que el país se adhiriese al Pacto Europeo de los Plásticos. Esta iniciativa internacional pretende fomentar la transición hacia la economía circular del plástico para 2025.
De hecho, la Unión Europea tenía previsto prohibir los plásticos de un solo uso a partir de 2021, pero la pandemia también va a trastocar este plan. En nuestra mano está colaborar al menos depositando las mascarillas y los guantes desechables en el contenedor adecuado.