Hace ya algún tiempo que las startups de compra, recogida y reparto de comida y productos a domicilio en menos de una hora están funcionando en España. La dudosa legalidad de los contratos de sus repartidores a domicilio (más conocidos como riders) despierta muchas dudas en cuanto su filosofía laboral. Ahora estos repartidores han fundado sus propias cooperativas en varias ciudades de España para realizar su trabajo de manera justa y legal, respetando sus derechos laborales y apoyando al comercio local. Y, de esta forma, llegan las alternativas a Glovo y empresas similares.
Los riders se rebelan
La mala experiencia en compañías como Deliveroo, Uber Eats y Glovo ha hecho que los riders busquen alternativas éticas y justas. Son varias las empresas que han surgido, como La Pájara Ciclomensajería, Zámpate Zaragoza, Rodant Bicimissatgeria o Botxo Riders. Su papel durante el confinamiento del coronavirus y el cierre de bares y restaurantes está siendo fundamental para mantener vivos muchos pequeños negocios.
Se trata de cooperativas con un modesto volumen de mercado, pero han surgido como una necesidad ante los abusos de otras empresas de repartos rápidos. De hecho, la mayoría de los fundadores han trabajado para grandes empresas como Glovo o Deliveroo. De esta manera, han desarrollado un nuevo modelo de negocio más respetuoso con el medioambiente basado en el compromiso social donde cada trabajador es contratado legalmente, está afiliado a la Seguridad Social y tiene un sueldo, días de fiesta y hasta vacaciones.
Y es que, según el Tribunal Supremo, los riders son falsos autónomos y considera que las empresas que hacen uso de ellos no son meras intermediarias en la contratación de servicios entre comercios y repartidores. De hecho, según la sentencia del 23 de septiembre, "Glovo se sirve de repartidores que no disponen de una organización empresarial propia y autónoma, los cuales prestan su servicio insertados en la organización de trabajo del empleador, sometidos a la dirección y organización de la plataforma".
¿Cómo funcionan estas cooperativas alternativas a Glovo?
En la mayoría de estas cooperativas de repartidores a domicilio, los ingresos de la empresa se reparten entre todos los trabajadores. De esta forma, cada trabajador tiene un salario justo. Pero este modelo de negocio no solo es justo para los empleados, sino que también es más justo para los establecimientos colaboradores. Por un lado, la comisión que cobran es menor, pero también ofrecen un trato más humano, cordial y cercano. Y hasta ofrecen un canal de WhatsApp en caso de que surja algún problema.
De esta forma, esta alternativa ética ayuda a los comercios locales sin ahogarles. Si Glovo exige el 35% de cada pedido y una cuota por el uso de la plataforma, en la mayoría de cooperativas de riders han eliminado las cuotas y solicitan un porcentaje considerablemente inferior por cada pedido. Además, tienden a apostar por los pequeños negocios locales más que por a las grandes cadenas.
Esto se traduce en un ligero incremento para el consumidor final (quizá un euro más) que garantiza que este tipo de empresas más éticas puedan seguir funcionando. Desde luego, es un precio muy bajo para apoyar a empresas justas que luchan por los derechos de sus trabajadores.