Mira ese tarro de arroz que tienes en la cocina. ¿Alguna vez te has planteado cómo se han obtenido esos granos y cómo han llegado hasta tu cesta de la compra? Son muchos los desafíos a los que se tienen que enfrentar los granjeros. Plagas, enfermedades, malas hierbas, sequías... Las plagas son uno de los más peligrosos, especialmente ahora que el uso de pesticidas está más limitado. Sin embargo, los animales acuden una vez más a nuestro auxilio. Tras las cabras "bomberas" que nos ayudan a combatir los incendios, ahora llegan los patos "agricultores".
Un ejército de patos "agricultores" limpian de plagas los arrozales de Tailandia
A vista de pájaro podrían parecer una colonia de hormigas en perfecta sincronía, pero si miramos de cerca los campos de cultivo de Tailandia veremos 10.000 patos limpiando de plagas los arrozales. Y se mueven con más gracia que unos bailarines totalmente compenetrados mientras avanzan zigzagueando campo a través con su salero característico.
Son los patos "agricultores", unas aves a los que los granjeros han "contratado" para limpiar de plagas los arrozales tailandeses. A medida que avanzan por los cambios, estos "patos cazadores" (como se los conoce en Tailandia) se van hinchado a caracoles y otros insectos ocultos entre los matorrales que podrían arruinar las cosechas.
Se trata de un negocio beneficioso para todos: los granjeros utilizan menos químicos, el arroz se cultiva con menos pesticidas y los criadores de patos se ahorran el alimento de estos adorables animales. Y encima dejan fertilizante natural en el proceso. Además, las imágenes del proceso son espectaculares, puesto que recuerdan a las migraciones naturales de aves, moviéndose en bandada por instinto.
Una vez cumplida su tarea y con el estómago lleno, los patos vuelven a su granja hasta su próxima misión de limpieza. Sin duda, es una excelente manera de cuidar los cultivos causando los mínimos daños artificiales al entorno y con un menor impacto en el medioambiente. Y eso es algo que la Tierra necesita desesperadamente.
En Tailandia, país arrocero por excelencia, existe la tradición de soltar patos al campo tras la cosecha. El agricultor ahorra en pesticidas y el criador en alimento.
— Julio Vacacela (🇪🇨@🇩🇰) (@juliovacacela) September 15, 2020
Esta plantación invitó a 10.000 para "trabajar" durante los próximos meses y dejar, de paso, su "fertilizante". pic.twitter.com/NAkanDOWL6