Desde el año 1965, el 8 de septiembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Alfabetización por iniciativa de la ONU. El objetivo de esta jornada es evaluar cómo ha mejorado la tasa de alfabetización (lingüística y digital) según los términos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. ¿Pero alguna vez te has preguntado por qué es necesaria la alfabetización generalizada de todas las personas?
¿Por qué se debe invertir en alfabetización?
Muchas veces damos por sentado que todos tenemos a nuestro alcance algo tan básico como aprender a leer y a escribir. Sin embargo, hay muchas personas que no tienen un acceso tan simple a los recursos educativos necesarios. Y encima la brecha se amplía con la progresiva digitalización en todos los ámbitos de nuestras vidas.
¿Pero por qué es tan importante la alfabetización? La alfabetización nos permite comunicarnos con otras personas a través de diferentes canales. Pero también es necesaria para conocer e interactuar con el mundo. Asimismo, ayuda a las personas a ser autosuficientes y potencia sus habilidades profesionales y sociales, lo que tiene un impacto directo en la economía.
En este sentido, es la base para erradicar la pobreza y el abuso infantil, instaurar la igualdad, asentar la democracia y, en general, crear un mundo más justo. Por lo tanto, la alfabetización es esencial para mejorar la calidad de vida de las personas.
Los ODS de la Agenda 2030 buscan garantizar el desarrollo de todos los países del mundo y su sostenibilidad al mismo tiempo que persiguen un aprovechamiento más racional de los recursos naturales. La alfabetización de un recurso clave de los gobiernos y de las sociedades para luchar por estos objetivos.
El derecho a la educación
Según el Instituto de Estadística de la Unesco, en 2020 la tasa de alfabetización de adultos era del 87%. Esta cifra ha aumentado rápidamente en los últimos años, pero la meta aún se encuentra lejos.
Ahora bien, el proceso de alfabetización va mucho más allá de aprender a leer y escribir. Eso es solo el principio. Expresión, cálculo, creación, comprensión, interpretación, identificación... Y todo ello sin olvidarnos de las competencias digitales. En definitiva, el derecho a la educación sirve para ser un mejor ciudadano, un mejor profesional y una mejor persona dentro de una sociedad que avanza a velocidad de vértigo.