La inflación sigue su escalada imparable en vísperas de la campaña de Navidad. Se desvanecen así nuestras esperanzas de finalizar el año un poco más desahogados. Aunque su crecimiento se ha moderado ligeramente en comparación con su evolución de los últimos meses, el aumento del índice de precios al consumo (IPC) se ha mantenido principalmente por el encarecimiento del combustible y de los alimentos. La tasa de inflación de noviembre de 2021 se coloca así en el 5,6%, marcando un nuevo récord que no se veía desde 1992. ¿Pero qué ha pasado este mes y qué podemos esperar de los siguientes?
La subida de la inflación en noviembre 2021 marca un nuevo récord
Ayer desayunamos con una pésima noticia: la inflación subió hasta el 5,6% en noviembre de 2021 respecto al año pasado. Se coloca así dos puntos por encima de la inflación registrada en octubre (5,4%) y alcanza su nivel más alto desde septiembre de 1992.
La inflación lleva subiendo sin parar desde marzo de 2021. No hay que buscar lejos las causas: la subida de los precios de los productos de la cesta de la compra y, en segundo lugar, el incremento del precio de los carburantes. Por su parte, el precio de la electricidad nos da un leve respiro, porque ha caído ligeramente, pero sigue a niveles de récord.
El resultado directo de la subida del IPC es tan claro como preocupante: la pérdida del poder adquisitivo de los hogares españoles. Por lo tanto, la recuperación económica se aleja aún más, puesto que la parte del ahorro que debería haberse destinado al consumo pasa a gastarse en cosas más cotidianas, como echar gasolina, llenar la nevera y pagar la factura de la luz.
A esto se une la amenaza de la recientemente variante ómicron del coronavirus, que puede venir acompañada de nuevas restricciones y confinamientos. Y todavía se pone peor si tenemos en cuenta los pronósticos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que estima que el atasco global y la crisis de suministros puede prolongarse aún durante varios meses.
Si los datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística (INE) se confirman, las pensiones contributivas subirán un 2,5% a partir del 1 de enero de 2022, ya que se revalorizan con la inflación. Por su parte, las pensiones no contributivas y las mínimas incrementarán un 3%.
¿Pero cuánto durará esta situación? Según los bancos centrales, es transitoria, mientras que el Gobierno la define como "coyuntural". Sin embargo, nadie se atreve a traducir estas palabras a meses.